miércoles, 27 de agosto de 2008

Fleurs d' amour et d' Haine

- Duplica me preocupas con ese absurdo-

- ¡No es un absurdo!. ¿Por qué no confías en mí?-

- ¡No se trata de si confío o no en ti, se trata de poner los pies sobre la tierra!-

- ¡Lo entenderías perfectamente si estuvieras en mi lugar…!-

Hubo un lapso de silencio, y en el que los ojos verdes estudiaban con tristeza los ojos color rubí. Manos se extendieron para estrecharse con simpatía.

- Lo siento Myst-

Esta sonrió apretando los delgados dedos de su amiga -Yo también lo siento, pero me preocupo por ti-

- Es algo que va más allá de un capricho-

- Pero te está haciendo daño-

- ¡Claro que no!. El amor nunca puede hacerte daño…-

- Ya hablas como la señora Dorrell- Misty frunció el ceño echando una de sus largas trenzas tras su hombro. Vestía un sencillo vestido de algodón rosa, sin encajes ni volados. Demasiado recatado para una mujer de su edad.

- Al contrario de ti, yo estoy enamorada- Duplica en cambio lucía un elegante vestido de popelín verde con un escote redondo ribeteado por una cinta de encaje. Las ballenas del corsé marcaban una cintura pequeña y muy femenina.

- Oh, pero yo también estoy enamorada- Misty le sonrió con un leve dejo de ironía -Amo mis sueños y los planes que he trazado para mi futuro…-

Duplica se puso seria. Se enderezó en su asiento. En ese momento entró una mucama portando una amplia bandeja con un servicio de té. Tras mirar a su ama, la depositó en una mesita que previamente acercó al par.

- Esos planes desatarían un escándalo en tu familia, Myst. A ningún hombre le gustan las mujeres independientes. Tu reputación estaría en duda y quedarías…-

- Arruinada- la palabra fue reconocida lentamente. Duplica quitó la atención de la taza de té que estaba sirviéndole a su amiga para observarla. Misty repitió con más ímpetu- ¡Arruinada!. Lo cual significa que ningún hombre se dignaría a mirarme, y podría ser soltera y cumplir mi sueño de viajar y vivir sola en un lugar pequeño y cómodo… ¿no te parece divino?-

- ¡No!- Duplica exclamó horrorizada- ¡Es terrible!. Si tu reputación se arruinara, la sociedad te cerraría las puertas en las narices. No serías bienvenida en ningún lado, tu moral se cuestionaría… Y te desterrarían por completo…- sujetó con fuerza la mano de su amiga como queriendo salvarla de tan aterradora perspectiva.

- ¿De que forma la reputación de una mujer quedaría arruinada?-

- ¡Ya basta Misty!- Duplica levantó la voz -No voy a permitir que mi mejor amiga cometa tamaño de estupidez-

La joven pelirroja sonrió calmando los ánimos de la otra muchacha -Está bien, no te molestes. Era solo una broma-

- Prométeme que será la última vez que hablaremos de esto. No me gustan tus bromas- Duplica le ofreció la taza de té.

- Pues ponte feliz, ayer mi hermana Daisy me dijo que pensaba en hacer mi debut social…- bebió de la taza con lentitud -¿No es genial?-

- ¡Por supuesto!- pero Duplica no captó el dejo de ironía -Ya verás que en cuanto pises el salón de baile y una hilera de caballeros se disputen por bailar contigo, olvidarás toda idea de viajar y vivir como una ermitaña…-

Misty sonrió con tristeza y apuró otro trago. Le dolía que su mejor amiga no la entendiera. Se conocían desde pequeñas y solían contarse todo. No existía nada que la otra no supiera… hasta ahora.

- ¿Myst?- Duplica estaba nombrándola en tanto la veía con recelo.

- ¿Sí?-

- ¿Qué te pasó en las mejillas?. Creo que te has excedido con el rubor…-

La joven se encogió débilmente. No quería que las humillaciones que sufría en su casa salieran de esas cuatro paredes. Por ningún motivo debían conocer la luz. Sonrió tocándose las mejillas con los dedos notando que encima se sonrojaba de vergüenza -Estoy aprendiendo a usar el colorete por consejo de Daisy-

- Ya era hora- Duplica rió con alegría -Comenzaba a preocuparme de que la veta femenina no saliera a flote en tu personalidad-

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- ¿Ash?-

El joven observaba el periódico sin leerlo realmente. Alzó la vista de él encontrando la expresión interrogante de su madre.

- Te he estado hablando por espacio de diez minutos- la dama parecía divertida en lugar de estar molesta -Y has estado mirando esa hoja por tanto tiempo que has despertado mi curiosidad. ¿Qué noticia escrita allí puede ser tan importante?-

- Lo siento. No estaba poniendo atención a tus palabras y tampoco al periódico- lo dobló y volvió a colocarlo en la mesa -¿En que puedo servirte mamá?-

- Dentro de tres semanas se realizará un baile importante en Almack's…-

- Lo sé- contestó con cautela - También sabes que hace años que no pongo un pie en ese lugar. Y para mi mala suerte estoy invitado… -

La mujer frunció el ceño -¿Recuerdas lo que me prometiste?-

Él arqueó las cejas -Perfectamente cada palabra, señora-

- Bien. Creo que solo estoy exigiendo lo justo: que cumplas, querido-

Ash la miró con horror fingido - ¿Pero en Almack's?. Con sus salones llenos de niñas que recién salen de la escuela, ansiosas por conseguir marido… Debe ser una broma, madre-

- ¿Y dónde quieres encontrar una esposa Ash?. Dime, ¿tal vez en el club que frecuentas?, ¿o planeas pedirle ayuda a tu amante?-

- ¡Mamá!- exclamó él avergonzado- Considero que no es un tema que quiera discutirlo contigo-

- ¿Por qué no?. Todo Kanto sabe de la existencia de la bella May Maple y del papel que juega en tu cama-

Ash se mordió el labio ante la reprimenda. La señora Delia era una mujer muy correcta y educada, y aún recurriendo a lo grotesco o vulgar, seguía manteniendo su porte de dama distinguida -¿Qué tanto te molesta?. Solo recojo los chismes que circulan de boca en boca en nuestra sociedad… Muestras tan abiertamente a tu amante que ya nada me sorprende-

- Mamá…-

- No estoy metiéndome en tu vida. A estas alturas, ningún escándalo tuyo me sorprende- el joven le devolvió una mirada de diversión- Pero en lo que concierne a la sucesión de la línea familiar…-

Él sonrió con aire de mártir.

- Deberías tomarlo con más seriedad… Es un tema que atañe tu futuro y tu familia-

- Madre; esto se ha convertido en una reprimenda con todas las letras. Hace años que no me sermoneabas así-

- Estoy en todo mi derecho de exigir un nieto. Eres mi único hijo-

- Lo sé- Ash se le acercó y le besó la mano con ternura, ofreciéndole una pequeña ofrenda de paz. Era una mujer aún joven y hermosa -Si consideras que debo visitar Almack's para venderme al mejor postor, lo haré- y agregó con cariño -Madre-

- Gracias, querido- Delia pasó por alto su sarcasmo -Sé que lo harás. Confío que lo harás-

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Misty descendió las escaleras de su casa en silencio. Cuando se encontraba en los últimos escalones, percibió las exclamaciones contenidas de dos personas que discutían acaloradamente en la sala. Ella suspiró y descendió de un salto el trecho que le faltaba. En ese momento una muchacha de cabello rosado, algunos años mayor que ella, salió de la habitación con aire frustrado.

- ¿Lily?- musitó reconociendo a su hermana -¿Qué ocurre?-

Daisy había salido pisándole los talones y se detuvo entre ambas jóvenes.

- Quiero que ella selle mi compromiso…- respondió la aludida con ojos brillantes.

- ¡Como si fuera así de fácil!- intervino la rubia alzando las manos en exasperación

- ¡Es fácil!. Solo debes ir a esa familia y ofrecerle mí dote a cambio de que él pida mi mano en matrimonio-

Misty la observó -¿Alguien te está cortejando Lily?-

- ¿Lo ves?- Daisy añadió señalándola -¡Tu hermana menor tiene más sentido común que tú!- se dirigió a la joven pelirroja -¡Nadie está cortejándola, solo se ha encaprichado con un hombre que ha visto en el último baile de los Slate!-

- Él bailó conmigo- la aludida se defendió -Y es un Lord. El conde de Ashbourne-

- ¿Un Lord?- Misty preguntó aturdida

Lily asintió, se giró a su hermana mayor -Daisy por favor…-

- Esto es absurdo-

- ¿Porqué me haces esto?. ¡Deberías ayudarme Daisy…!-

- Y lo haría- la nombrada se masajeó la frente con cansancio -Pero para afrontar un compromiso así, tu dote tiene que ser al menos veinte veces mayor de lo que es…-

Los ojos de Lily se humedecieron levemente.

- Daisy tiene razón- Misty empezó a decir pero al ver la expresión de su hermana, añadió con simpatía -Vamos Lyl ¿es menester que sea ese hombre?-

- Lo es para mí- se volvió a la hermana mayor, las lágrimas amenazaban con empezar a derramarse -Por favor…-

La mujer rubia se redondeó las sienes pensando -Nuestras finanzas no aguantarán un nuevo guardarropas para ti, Lily. El debut social de Misty es nuestra prioridad de momento…-

- Lo sé- Lily asintió mansamente. Junto a ella Misty se mordía el labio inferior para no intervenir a gritos -Pero promete que lo pensarás, Days…-

Daisy iba a contestar con una negativa pero al ver el gesto suplicante de la menor, lo pensó mejor y agregó con sutileza -Prometo meditar tu asunto Lily, siempre y cuando Misty acceda inmediatamente a hacer su entrada en sociedad en los salones de Almack's…-

- ¡Oh, por supuesto que lo hará!. ¿Cierto Misty?. No veo razón por la que pueda oponerse a ello- Lily exclamó aliviada, sonriendo se secó las mejillas. Se giró a su hermana menor y la abrazó ligeramente -Me comprometo a acompañarte a la modista. Elegiremos un guardarropa fino y exquisito para ti, que pueda eclipsar a cuanto caballero se cruce en tu camino…-

Misty hubiera reído ante las exactas palabras de Duplica, pero estaba tan frustrada y furiosa que lo irónico de la situación no le resultó risible en lo más mínimo. Observó la mueca de satisfacción de Daisy y se tragó el orgullo. De momento seguiría adelante con aquel teatro -pero en cuanto pudiera, haría algo que arruinara para siempre su debut social-

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- Madame Charlotte es una modista reconocida, el mundo del diseño la considera un genio en la materia. Cuenta con la grandiosa habilidad de tener un ojo critico, y sabe con exactitud que tipo de moda debes usar para resaltar tus rasgos- Lily decía con emoción enumerando las estupendas cualidades de la modista a su hermana menor, mientras caminaban a un costado de la avenida por Green Park una soleada tarde de primavera, exactamente tres días después de la charla con Daisy. Con eso demostraba que estaba completamente dispuesta a cumplir su parte en lo que le había prometido a la joven rubia a cambio de que esta considerara su petición -Nadie está más calificada que ella para hacer un milagro contigo…- le sonrió guiñándole el ojo.

- Gracias hermana- Misty la escuchaba a medias. La idea de visitar a una modista le resultaba tan atractiva como las horribles clases de baile que la habían obligado a tomar en la escuela.

Lily miró hacia delante, levantando el borde de su vestido de muselina color durazno. Irguió la cabeza -Una señorita debe aprender a vestirse con elegancia, resaltando los atributos que Dios nos ha dado, pero sin parecer una cortesana…-

Misty la miró de soslayo. Por un momento le pareció que era la señora Dorrell la que hablaba. Consejos como aquel eran los que siempre estaban presentes en los labios de la opulenta dama -Lily yo…- empezó a decir con aire cansado, pero fue rápidamente jalada por esta hacia la derecha donde un enorme roble imponía su confiada sombra -¿Qué pasa?- preguntó.

- Oh Myst ¡Es él! ¡Es él!-

La joven pelirroja sacó la cabeza de detrás del árbol y observó; a la distancia se distinguía un solitario jinete montado en un alazán negro que se acercaba por la avenida a gran velocidad. Por la forma en la que Lily había pronunciado 'Es él' supo que se hallaba frente al caballero por el que estaba a punto de sacrificar su pequeña herencia convirtiéndola en un tonto e inocuo guardarropas.

No podía apreciar sus rasgos desde ahí, y tampoco le importó hacerlo; se volvió a su hermana: -Lyl ¿Por qué no intentas hablarle…?- estuvo a punto de sugerir cuando la nombrada volvió a tomarla del brazo y jalándola, la empujó hacia el centro de la calle en el preciso instante en que el jinete se acercaba.

En un eterno segundo, Misty se vio sepultada entre las patas del animal con el cuello dislocado y las piernas quebradas. Pero al abrir los ojos fue consciente de que se hallaba viva, entera y de pie, y que el alazán había frenado con absoluta destreza sin causarle daño alguno. El corcel relinchó con suavidad y acercó el hocico a la mejilla de ella como para cerciorarse de que efectivamente se hallaba bien.

El jinete al contrario, por la forma en la que se mantenía tieso sobre la montura daba a entender que se hallaba en un estado de cólera importante…

- ¡Señorita! ¿Está usted ciega, loca, o acaso planea suicidarse?- le gritó el caballero visiblemente enojado. El alazán se movió esta vez, inquieto ante la furia de su amo -¿Es usted tonta?-

Debía tener la edad de su hermana Daisy. Llevaba el cabello negro despeinado y salvaje al viento. Usaba un fino traje de montar, botas, y su porte denotaba al personaje ilustre y distinguido de la sociedad. Un noble.

Sin embargo sus ojos castaños, grandes, relampagueantes, la inquietaron inexplicablemente al posarse con furia sobre ella. Sus labios masculinos se abrieron en una mueca sarcástica.

- ¿Y bien?. ¿Acaso es muda?-

Misty lo ignoró algunos segundos, colocó la mano en el hocico del animal en un intento de tranquilizarlo como lo hiciera antes con ella, mientras pensaba como salir airosa de la situación, pese a lo ridícula que se sentía. Levantó la cabeza observando de soslayo a Lily que se mantenía oculta en su escondite, esta no hizo gesto alguno pero la expresión suplicante y ansiosa de sus ojos claros hablaba por si sola. Misty suspiró observando el suelo.

Recordó al jinete y lo observó lentamente conteniendo el aliento sin darse cuenta. Estaba irritado y muy furioso. Gracias a ella el camino se había bloqueado; algunos carruajes se habían detenido detrás del noble y sus indignados pasajeros espiaban furtivamente por las ventanillas, en tanto los cocheros mascullaban con impaciencia. De pronto el joven soltó una carcajada. Rió de un modo tan libre y peculiar que el estómago de Misty dio un vuelco extraño.

- Ahora entiendo…- dijo este sonriendo y viéndola con evidente humor -Si quería conocerme y lograr una presentación entre nosotros, lo hubiera hecho de la manera convencional… Aunque admito que me siento… extrañamente halagado-

Misty decidió que ese hombre era un arrogante y un presuntuoso, y que debía actuar antes de que esa maldita sonrisa la empequeñeciera.

- De ninguna manera, milord- replicó tranquilamente sosteniéndole la mirada, recurriendo al descaro para salvarse -Estaba practicando-

La respuesta lo sacó de balance. Se inclinó sobre su montura aproximándose todo lo que pudo a ella.

Las mejillas de Misty se colorearon apenas, se mordió el labio. Finalmente lo había reconocido; Ash Ketchum, el legendario conde de Ashbourne, famoso tanto por su titulo nobiliario como por el escandaloso ritmo de vida que llevaba. El libertino más grande de todo Kanto y también el partido más grande de toda la región…

- ¿Practicando?- preguntó él con divertido interés, manteniendo su previa posición.

Misty alzó la barbilla con orgullo y elevando las cejas en un gesto de inteligencia muy propio de ella, proclamo con desdén lo que esperaba sonara ingenioso en vez de estúpido: - Estoy practicando para llegar a ser salteadora de caminos, obviamente-

- ¿Sal-salteadora de caminos?- la estudió profundamente esperando que ella soltara una risa que nunca llegó.

- Así es, milord. Me caracterizo por elegir a caballeros indefensos y sosos como victimas… Los espío mientras pasean por la avenida, luego salto delante de sus carruajes y detengo sus caballos-

- ¿Indefensos y sosos?- preguntó con voz suave, los ojos empequeñecidos.

Misty sabía que el insulto había dado en el clavo, y supo que ya era hora de retirarse dignamente sin añadir nada más. Hizo una graciosa reverencia e incorporándose le acarició el hocico al alazán con cariño y le dio la espalda, mirando por encima del hombro dijo de forma indiferente: -Buenas tarde señor err… Kellum-

Pronunció erradamente su nombre con toda deliberación. 'Un hombre así de irritante y presuntuoso merece este tipo de desaire' manifestó internamente mientras continuaba su marcha con dignidad, olvidando a su horrorizada hermana que se debatía entre seguirla o no. No podía olvidar la expresión asesina del caballero al pronunciar equivocadamente su apellido; era tan irritante, creído y soberbio como Duplica le había dicho una vez ¿Qué fue lo que su hermana había visto en él?

- ¡Misty!- Lily le dio alcance y la sacudió -¿Cómo pudiste hacer algo así?. Se supone que debías hablarle de mí y…-

- ¿Intentando que su caballo me matara?- Misty finalmente miró hacia atrás. El caballero se alejaba de ellas en sentido opuesto. El alma le volvió al cuerpo -¡Casi me asesinas con un capricho!, ¿y encima pretendes que le hable bien de ti y logre una presentación?-

- Te has burlado deliberadamente de él- Lily la sujetó del brazo con nerviosismo -Es un caballero con mucha influencia en la sociedad, una sola palabra suya bastaría para que quedaras arruinada por completo…-

- ¿En serio?- aquello atrajo la atención de la joven quien volvió sus ojos verdes a ella.

- Pero el encuentro ha sido corto, no le diste el tiempo suficiente para que reparara en ti. Aunque en este mismo instante debe estar preguntándose quien era la impertinente desconocida que osó desafiarlo tan abiertamente -

- Es un arrogante, creído, y lo tiene muy bien merecido…-

- ¿No te pareció atractivo?- Lily soltó una risita nerviosa tocándose las mejillas con las manos. Se había ruborizado.

Misty consideró la cuestión seriamente; '¡Sí!' proclamó una voz interna, mientras recordaba como sus rodillas se doblaban bajo la mirada enigmática de aquellos ojos castaños -No- mintió -Es un engreído y un arrogante-

Lily sonrió y siguió caminando. Tomó el brazo de su hermana y lo dobló bajo el suyo -No ha sido tan malo. La próxima vez no olvides hablarle de mí-

- No habrá próxima vez, Lyl-

La otra volvió a sonreír, le dio una palmadita en el hombro -Será mejor que nos apuremos o perderemos el turno con la modista…-

Misty suspiró vencida y ya no hizo más comentarios.

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Continuará...

*Aqui el 2do chap del fic de Oddie, espero que hayan entendido n.n

Besitos!

Sumi Chan

viernes, 8 de agosto de 2008

Fleurs d' amour et d' haine


Este es mi pequeño regalo para Oddy!. Querida hermanita aquí mi obsequio de cumpleaños, espero que te guste -o al menos que te sirva para pasar el rato-
Como notarán es un AU, ambientado en la época antigua -me encantan esos fics!- y vale decir que Blue tuvo mucho que ver con esta idea! :D
A leer!
-No sé cuanto durará, conociéndome abarcará unos cuantos capítulos!-

Capítulo 1:Amour et haine


- Me complace anunciar que todas ustedes señoritas, están completamente preparadas para el paso más importante en toda mujer; que es la entrada en sociedad. Habiéndose convertido en damas inteligentes y dignas, que sabrán llevar con inteligencia el nombre de esta institución en el día de mañana…- una gruesa mujer con voz de general hablaba a cientos de jovencitas de entre 16 y 18 años, que congregadas en un gran salón ornamentado oían aquel singular discurso de despedida -Dejaran sus sueños infantiles en este lugar y desplegaran sus alas de feminidad en una sociedad hambrienta de mentes frescas y espíritus nuevos. Confío en que mantendrán un buen juicio, y que a la hora de contraer nupcias sepan honrarse a si mimas y a esta institución que por tantos años las han acogido…-

La mujer parecía haberse emocionado en este punto, se detuvo y sorbió la nariz en un pequeño pañuelo bordado, dándole lugar a otra dama vestida en oscuros hábitos de monja, la cual se hallaba respetuosamente a un lado. Sin más, esta se acercó hacia esas jovencitas vestidas iguales que con ojos ávidos y esperanzados esperaban el dictamen final.

- Dios las bendiga queridas mías. Y recuerden que esta institución siempre estará abierta para ustedes…-

Un rugiente aplauso se levantó de las jóvenes espectadoras, a medida que todas se ponían de pie, y sus uniformes; chaqueta entallada azul marino y falda a tono larga hasta los tobillos, se reproducían en un número casi infinito. Aquellas eran las graduadas del colegio de Señoritas más exclusivo de todo Kanto y alrededores.

- Vayan en paz queridas mías- la madre superiora alzó las manos y realizó una silenciosa plegaria de agradecimiento.


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- ¿Te das cuenta de que esto es lo que hemos esperado por años?- decía una joven de cabello verde azulado mientras caminaba por un patio descubierto lleno de docenas de chicas vestidas iguales.

- ¿Te refieres a terminar la escuela?- prosiguió una muchacha no mayor que la anterior de cabello rojo prolijamente recogido en dos trenzas.

- El discurso de la señora directora fue muy conmovedor-

- Claro Duplica. Eso de recordarnos que ahora nuestra mayor prioridad es contraer matrimonio fue muy halagador de su parte…- la pelirroja se alisó las tablas de su falda azul- Desde que tengo memoria la señora Dorrell no ha cesado de decir que debemos lograr un 'casamiento esplendido', y de impartirnos toda clase de pautas -las que ella consideraba necesarias- para conseguir un buen marido-

- La señorita Dorrell es soltera por si no lo sabias Misty- Duplica comentó con una risita poniendo las manos tras la espalda -Creo que eso demuestra que hace lo posible para que no corramos su misma suerte-

- Yo quiero ser soltera- Misty alzó orgullosa su barbilla al cielo despejado y sin nubes. Sus palabras hicieron que varias cabezas se voltearan hacia ella con horror.

- ¿Soltera?- Duplica la tomó del brazo y la empujó distrayendo la atención de las demás. Aquella palabra en aquel colegio estaba prohibida -¿Estás loca?. ¿De donde sacas esas ideas tan absurdas?- se alejó con ella lo suficiente y la soltó -Cuando tengas tu presentación en sociedad ya no pensaras lo mismo…-

- Por supuesto, porque la mayor ambición de mi vida es usar un vestido amplio y pomposo que me envuelva como un capullo, llevar ciento de perlas en mi cabello y cuello, mantenerme erguida y tiesa mientras sostengo un abanico de seda -o de plumas, valga el caso- que agito con suavidad en tanto aleteo mis pestañas a todo hombre elegible y que posea un titulo nobiliario y una jugosa fortuna…-

- Bueno- Duplica se defendió, avergonzada porque a ella no le desagradaba para nada aquella perspectiva -Eso es exactamente lo que se espera que hagas-

- Tonterías. Yo no desfilaré como una muñeca ante cientos de hombres ricos sonriendo como una tonta-

- Myst…- Duplica suspiró y sus ojos adoptaron un aire soñador y romántico -Yo espero ansiosa mi debut en sociedad-

- Yo no-

- ¿Por qué no?. Piénsalo; usar vestidos de moda, joyas, pieles… ¿Qué hay de malo en todo eso?-

- Creo que hay cosas más importantes en la vida- Misty sonrió -Como la tierra, el mar, viajar… conocer nuevas personas. Ser independiente y poder hacer lo que te plazca…-

- ¡Misty!- Duplica exclamó con horror tras mirar a los lados esperando que nadie oyera las locuras de su amiga -Es terrible que pienses así. Una dama debe pensar en su debut social y en sus deberes como futura esposa…-

- Ya hablas como la señora Dorrell- la joven frunció el ceño graciosamente -Yo 'pienso' disponer de la pequeña herencia que mi abuela me dejó y me mudaré a Viridian donde compraré una casa para mi sola… o tal vez adquiera un pasaje en barco y me dedique a recorrer los mares, o tal vez…- notó que la cara de Duplica palidecía de espanto -Me haga periodista o escritora…-

- No serías capaz. Tu hermana te asesinaría…-

- Tal vez- Misty exhaló un triste suspiro -¿Qué hay de malo en no querer ser como las demás?-

Duplica se acercó y la rodeó con un brazo, era más alta que ella y sus rasgos femeninos eran más obvios -Vamos, estoy segura de que cuando te enamores ya no pensarás así, y verás lo maravilloso que se esconde en ser toda una dama de sociedad…-

- ¿Para qué?. ¿Para ser como tú?- preguntó Misty volteando a ver a su amiga con ojos llameantes -Enamorada de un Lord que ni siquiera sabe que existes…-

La última frase repercutió profundamente en el ánimo de la peliverde. Retiró el brazo de la joven y se alejó unos pasos -Eso fue cruel, Misty-

La nombrada se arrepintió inmediatamente de haberlo dicho, se acercó a su amiga y la abrazó a su vez con fuerza, intentando remediar sus palabras -Perdóname Duplica, no medía lo que decía- la apretó un poco más -Por favor perdóname, no fue mi intención decir algo semejante. Tú eres mi mejor amiga…-

- Lo soy- esta asintió devolviendo el gesto -Soy la única que puede tolerar tus cambios de humor- sonrió.

Misty aflojó el abrazo y se alejó un poco, aunque todavía le rodeaba los hombros -Y si ese Lord aún no ha reparado en ti, es porque no sabe lo que se pierde…-

- Gracias Misty- los ojos de Duplica se humedecieron levemente. Miró el cielo despejado en tanto sentía la suave brisa primaveral revolviendo sus cabellos sueltos -En algún momento un gentil caballero llegará para trastornar tu mundo endeble y tranquilo; y tú sentirás lo mismo-

- ¿Yo?- se burló la pelirroja enseñándola la lengua en un gesto infantil -Sí, talvez en otra vida…-

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May Maple se recostó contra los almohadones rellenos de plumas y se cubrió con la arrugada sábana de hilo, en tanto observaba con satisfacción a su amante que recogiendo una fina camisa a los pies del lecho, se aprestaba a cubrir su torso y la musculatura suave y a la vez inminente, que ella había recurrido con sus dedos y labios momentos atrás. Ya se había puesto el pantalón y se inclinaba para hacer lo propio con las botas.

- ¿Ash?- lo llamó cuando él procedía a hacerse el nudo de la corbata y los ojos de ambos se encontraron en el espejo que colgaba encima de la chimenea. Le sonrió desinhibidamente.

- ¿Qué ocurre?- le preguntó.

Ella se acomodó entre las sábanas intentando parecer despreocupada -Pues… nada. Solo quería comentarte algo que escuché…- volvió a sonreírle.

- ¿Y bien?. ¿De que se trata?-

- Es solo un rumor que ha tomado grandes proporciones conforme el tiempo transcurre…-

Él dejó los lazos sueltos de la corbata en torno a su cuello y se acercó a la cama con el ceño fruncido de impaciencia -¿Qué clase de rumor?-

Más que una pregunta, May entendió el tono perentorio de una orden explicita. Allí se notaba su alto rango en la sociedad de Kanto; un hombre que estaba acostumbrado a mandar y a ser obedecido. Volvió a estirar sus rojos labios en una sonrisa atractiva -Dicen las malas lenguas que al fin sentirás cabeza este año…-

- Así que eso dicen- por el tono en el que habló supo que le estaba diciendo claramente que no se metiera en lo que no le concernía.

Pero May no se intimidó ante su ceño fruncido o la sequedad de sus palabras. Se puso de costado dejando que su cabello castaño descendiera por su hombro como una cascada de chocolate -Ash ¿es cierto?-

- Especulan muchas cosas sobre mí, May, lo sabes- contestó evasivo, y se volvió al espejo para terminar de vestirse.

Era alto y apuesto. Piel bronceada por el sol y cabello negro. Era un hombre anguloso, de planos agudos, desde la nariz fina hasta la mandíbula bien cincelada y los largos dedos de las manos. Parecía severo e inflexible, pero May lo conocía muy bien. También era bueno, tierno y muy amable. Aunque en ese momento no lo parecía.

- Solo dime si el rumor es cierto…- y como si pudiera disuadirlo a más, añadió -Tu madre le comentó a una costurera de madame Charlotte -que también es mi modista- que por fin había logrado que entrases en razón, y te ocuparas de tus deberes como primogénito tomando en primer término la obligación de tener un heredero…-

- Mi madre estaba muy locuaz ese día- siguió él de modo cortante.

Pero May no se amilanó ante ese comentario. Estaba dispuesta a conseguir la verdad valiéndose de cualquier forma posible -¿Milord?- volvió a la carga -¿Tienes a alguna muchacha en mente?- le sonrió viendo que contaba con su atención otra vez- Por años te has relacionado con muchas mujeres pero no prestas demasiada atención a alguna de ellas -salvo a mí por supuesto- Por fin quizás hayas conocido a aquella que consideres digna de llevar tu apellido-

- May- fue todo lo que él dijo volviéndose con una pétrea expresión, producto de la irritación que le causaba que su amante se metiera en los asuntos de su vida privada que sin duda nunca fueron de su incumbencia. Tomó el saco de etiqueta del respaldo de la silla y se lo puso.

- ¿Vas a contestarme?- prosiguió ella acomodando su cuerpo para verlo mejor.

De pie junto a la cama y observándola con detenimiento, Ash sintió que su enfado se evaporaba de forma considerable. La mujer allí tendida ofrecía un espectáculo delicioso y muy tentador, sobretodo para sus sentidos que amenazaban con volver a despertar. Se inclinó y le cubrió la mejilla con la mano.

- No tienes nada que temer May, y aunque planeé casarme para tener un heredero, nadie te quitará el lugar que tienes…-

La mujer pareció satisfecha con esa respuesta y se relajó adoptando una pose seductora que hacia que por lo general el cuerpo de él respondiera.

Además de hermosa, May era directa, sofisticada e inteligente. Todo lo cual la convertía en una cortesana encantadora, tanto en la intimidad como en el ámbito social donde él se desenvolvía. Ash sabía que era una mujer demasiado práctica como para albergar la secreta esperanza de que fuera ella a quien le ofreciera matrimonio, cosa fuera de cuestión para una amante considerando el tipo de relación que los unía, y también que era demasiado independiente para desear atarse a alguien de por vida: rasgos que robustecían el vinculo entre ambos. O al menos eso era lo que él pensaba.

- ¿Milord?- susurró May cuando Ash se inclinó para despedirse con un beso -Ven a verme pronto-

- Haré lo posible- y dicho aquello salió.

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- ¿Qué quieres hacer que?- una estilizada mujer rubia con un alto peinado en la cabeza y envuelta en un sobrio vestido gris decía dirigiéndose con cólera a una muchacha pelirroja mucho más joven que ella, quien estaba de pie aún con su uniforme escolar puesto considerando lo avanzado de la hora.

- Quiero disponer de la herencia que mi abuela me dejó-

- Según su testamento no puedes hacerlo hasta que cumplas 20 años o te cases- contestó con petulancia- Sin embargo, yo he hablado con el abogado y he decidido invertir esa suma en un pequeño guardarropas para ti. Ya empieza la temporada y es menester hacer tu presentación en sociedad-

Misty abrió los ojos con pánico y sacudió la cabeza -¡No puedes hablar en serio!. ¡Ese dinero es mío!. ¡Abuela me lo dejó para que yo lo empleara en algo importante que me hiciera feliz!-

- Tener vestidos bonitos para lucir en tu debut es algo importante-

- ¡Pero yo no quiero!- gritó negándose a permitir que los ojos se le llenaran de lágrimas -¡No quiero tener mi entrada en sociedad!. ¡No quiero adornarme como un pavo real para que todos me vean, y no quiero casarme!. ¡Quiero ser soltera!- las palabras salían a borbotones como una cascada cuyo torrente es infinito -¡Quiero irme a vivir sola y recorrer el mundo en un barc…!-

El golpe seco resonó en la habitación antes que sintiera que su mejilla ardía como un trozo de hierro candente. Observó la pesada mano que descendía a su rostro por una tercera y una cuarta vez, pero los ojos cuajados de lágrimas le impedían ver la reacción de la mujer rubia.

- Soy tu tutora desde la muerte de nuestros padres- dijo esta con voz apretada -Y vas a obedecer cada una de las cosas que te diga. Vas a tener tu debut social aunque tenga que arrastrarte de los cabellos hasta Almak's. Y lo mismo haré en relación a tu matrimonio. Está decidido y no te atrevas a desafiarme-

Misty se mordió el labio evitando echarse a llorar, pero el fuego de sus mejillas le recordaba la vergonzosa situación de segundos atrás.

- Ahora ve a tu habitación y no saldrás de allí hasta que te lo autorice-

No se dejó repetir la orden, manteniendo la cabeza gloriosamente en alto dio media vuelta sobre sus talones y salió de la sala ignorando la palpitante quemazón de ambas mejillas

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Se colocó el largo camisón de franela que le llegaba a los tobillos. Se sentó en la cama y se deshizo las trenzas; suelto, el cabello le llegaba gloriosamente a la cintura y brillaba como una antorcha encendida. Volvió a trenzarlo, esta vez en una unidad, y sujetó el extremo con una cinta. Se tocó las mejillas con las manos frías advirtiendo la humedad que descendía de sus ojos y que apenas lograba calmar su fuego.

Dando un ligero gruñido escondió la cara en la almohada y liberó el llanto que estaba carcomiéndole la garganta. El suave cojín fue el único testigo de sus lágrimas y sufrimiento.

'No voy a casarme… antes haré algo para que mi valor en el mercado matrimonial se estropeé irremediablemente…'

Con ese pensamiento se quedó dormida.

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continuará