miércoles, 27 de agosto de 2008

Fleurs d' amour et d' Haine

- Duplica me preocupas con ese absurdo-

- ¡No es un absurdo!. ¿Por qué no confías en mí?-

- ¡No se trata de si confío o no en ti, se trata de poner los pies sobre la tierra!-

- ¡Lo entenderías perfectamente si estuvieras en mi lugar…!-

Hubo un lapso de silencio, y en el que los ojos verdes estudiaban con tristeza los ojos color rubí. Manos se extendieron para estrecharse con simpatía.

- Lo siento Myst-

Esta sonrió apretando los delgados dedos de su amiga -Yo también lo siento, pero me preocupo por ti-

- Es algo que va más allá de un capricho-

- Pero te está haciendo daño-

- ¡Claro que no!. El amor nunca puede hacerte daño…-

- Ya hablas como la señora Dorrell- Misty frunció el ceño echando una de sus largas trenzas tras su hombro. Vestía un sencillo vestido de algodón rosa, sin encajes ni volados. Demasiado recatado para una mujer de su edad.

- Al contrario de ti, yo estoy enamorada- Duplica en cambio lucía un elegante vestido de popelín verde con un escote redondo ribeteado por una cinta de encaje. Las ballenas del corsé marcaban una cintura pequeña y muy femenina.

- Oh, pero yo también estoy enamorada- Misty le sonrió con un leve dejo de ironía -Amo mis sueños y los planes que he trazado para mi futuro…-

Duplica se puso seria. Se enderezó en su asiento. En ese momento entró una mucama portando una amplia bandeja con un servicio de té. Tras mirar a su ama, la depositó en una mesita que previamente acercó al par.

- Esos planes desatarían un escándalo en tu familia, Myst. A ningún hombre le gustan las mujeres independientes. Tu reputación estaría en duda y quedarías…-

- Arruinada- la palabra fue reconocida lentamente. Duplica quitó la atención de la taza de té que estaba sirviéndole a su amiga para observarla. Misty repitió con más ímpetu- ¡Arruinada!. Lo cual significa que ningún hombre se dignaría a mirarme, y podría ser soltera y cumplir mi sueño de viajar y vivir sola en un lugar pequeño y cómodo… ¿no te parece divino?-

- ¡No!- Duplica exclamó horrorizada- ¡Es terrible!. Si tu reputación se arruinara, la sociedad te cerraría las puertas en las narices. No serías bienvenida en ningún lado, tu moral se cuestionaría… Y te desterrarían por completo…- sujetó con fuerza la mano de su amiga como queriendo salvarla de tan aterradora perspectiva.

- ¿De que forma la reputación de una mujer quedaría arruinada?-

- ¡Ya basta Misty!- Duplica levantó la voz -No voy a permitir que mi mejor amiga cometa tamaño de estupidez-

La joven pelirroja sonrió calmando los ánimos de la otra muchacha -Está bien, no te molestes. Era solo una broma-

- Prométeme que será la última vez que hablaremos de esto. No me gustan tus bromas- Duplica le ofreció la taza de té.

- Pues ponte feliz, ayer mi hermana Daisy me dijo que pensaba en hacer mi debut social…- bebió de la taza con lentitud -¿No es genial?-

- ¡Por supuesto!- pero Duplica no captó el dejo de ironía -Ya verás que en cuanto pises el salón de baile y una hilera de caballeros se disputen por bailar contigo, olvidarás toda idea de viajar y vivir como una ermitaña…-

Misty sonrió con tristeza y apuró otro trago. Le dolía que su mejor amiga no la entendiera. Se conocían desde pequeñas y solían contarse todo. No existía nada que la otra no supiera… hasta ahora.

- ¿Myst?- Duplica estaba nombrándola en tanto la veía con recelo.

- ¿Sí?-

- ¿Qué te pasó en las mejillas?. Creo que te has excedido con el rubor…-

La joven se encogió débilmente. No quería que las humillaciones que sufría en su casa salieran de esas cuatro paredes. Por ningún motivo debían conocer la luz. Sonrió tocándose las mejillas con los dedos notando que encima se sonrojaba de vergüenza -Estoy aprendiendo a usar el colorete por consejo de Daisy-

- Ya era hora- Duplica rió con alegría -Comenzaba a preocuparme de que la veta femenina no saliera a flote en tu personalidad-

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- ¿Ash?-

El joven observaba el periódico sin leerlo realmente. Alzó la vista de él encontrando la expresión interrogante de su madre.

- Te he estado hablando por espacio de diez minutos- la dama parecía divertida en lugar de estar molesta -Y has estado mirando esa hoja por tanto tiempo que has despertado mi curiosidad. ¿Qué noticia escrita allí puede ser tan importante?-

- Lo siento. No estaba poniendo atención a tus palabras y tampoco al periódico- lo dobló y volvió a colocarlo en la mesa -¿En que puedo servirte mamá?-

- Dentro de tres semanas se realizará un baile importante en Almack's…-

- Lo sé- contestó con cautela - También sabes que hace años que no pongo un pie en ese lugar. Y para mi mala suerte estoy invitado… -

La mujer frunció el ceño -¿Recuerdas lo que me prometiste?-

Él arqueó las cejas -Perfectamente cada palabra, señora-

- Bien. Creo que solo estoy exigiendo lo justo: que cumplas, querido-

Ash la miró con horror fingido - ¿Pero en Almack's?. Con sus salones llenos de niñas que recién salen de la escuela, ansiosas por conseguir marido… Debe ser una broma, madre-

- ¿Y dónde quieres encontrar una esposa Ash?. Dime, ¿tal vez en el club que frecuentas?, ¿o planeas pedirle ayuda a tu amante?-

- ¡Mamá!- exclamó él avergonzado- Considero que no es un tema que quiera discutirlo contigo-

- ¿Por qué no?. Todo Kanto sabe de la existencia de la bella May Maple y del papel que juega en tu cama-

Ash se mordió el labio ante la reprimenda. La señora Delia era una mujer muy correcta y educada, y aún recurriendo a lo grotesco o vulgar, seguía manteniendo su porte de dama distinguida -¿Qué tanto te molesta?. Solo recojo los chismes que circulan de boca en boca en nuestra sociedad… Muestras tan abiertamente a tu amante que ya nada me sorprende-

- Mamá…-

- No estoy metiéndome en tu vida. A estas alturas, ningún escándalo tuyo me sorprende- el joven le devolvió una mirada de diversión- Pero en lo que concierne a la sucesión de la línea familiar…-

Él sonrió con aire de mártir.

- Deberías tomarlo con más seriedad… Es un tema que atañe tu futuro y tu familia-

- Madre; esto se ha convertido en una reprimenda con todas las letras. Hace años que no me sermoneabas así-

- Estoy en todo mi derecho de exigir un nieto. Eres mi único hijo-

- Lo sé- Ash se le acercó y le besó la mano con ternura, ofreciéndole una pequeña ofrenda de paz. Era una mujer aún joven y hermosa -Si consideras que debo visitar Almack's para venderme al mejor postor, lo haré- y agregó con cariño -Madre-

- Gracias, querido- Delia pasó por alto su sarcasmo -Sé que lo harás. Confío que lo harás-

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Misty descendió las escaleras de su casa en silencio. Cuando se encontraba en los últimos escalones, percibió las exclamaciones contenidas de dos personas que discutían acaloradamente en la sala. Ella suspiró y descendió de un salto el trecho que le faltaba. En ese momento una muchacha de cabello rosado, algunos años mayor que ella, salió de la habitación con aire frustrado.

- ¿Lily?- musitó reconociendo a su hermana -¿Qué ocurre?-

Daisy había salido pisándole los talones y se detuvo entre ambas jóvenes.

- Quiero que ella selle mi compromiso…- respondió la aludida con ojos brillantes.

- ¡Como si fuera así de fácil!- intervino la rubia alzando las manos en exasperación

- ¡Es fácil!. Solo debes ir a esa familia y ofrecerle mí dote a cambio de que él pida mi mano en matrimonio-

Misty la observó -¿Alguien te está cortejando Lily?-

- ¿Lo ves?- Daisy añadió señalándola -¡Tu hermana menor tiene más sentido común que tú!- se dirigió a la joven pelirroja -¡Nadie está cortejándola, solo se ha encaprichado con un hombre que ha visto en el último baile de los Slate!-

- Él bailó conmigo- la aludida se defendió -Y es un Lord. El conde de Ashbourne-

- ¿Un Lord?- Misty preguntó aturdida

Lily asintió, se giró a su hermana mayor -Daisy por favor…-

- Esto es absurdo-

- ¿Porqué me haces esto?. ¡Deberías ayudarme Daisy…!-

- Y lo haría- la nombrada se masajeó la frente con cansancio -Pero para afrontar un compromiso así, tu dote tiene que ser al menos veinte veces mayor de lo que es…-

Los ojos de Lily se humedecieron levemente.

- Daisy tiene razón- Misty empezó a decir pero al ver la expresión de su hermana, añadió con simpatía -Vamos Lyl ¿es menester que sea ese hombre?-

- Lo es para mí- se volvió a la hermana mayor, las lágrimas amenazaban con empezar a derramarse -Por favor…-

La mujer rubia se redondeó las sienes pensando -Nuestras finanzas no aguantarán un nuevo guardarropas para ti, Lily. El debut social de Misty es nuestra prioridad de momento…-

- Lo sé- Lily asintió mansamente. Junto a ella Misty se mordía el labio inferior para no intervenir a gritos -Pero promete que lo pensarás, Days…-

Daisy iba a contestar con una negativa pero al ver el gesto suplicante de la menor, lo pensó mejor y agregó con sutileza -Prometo meditar tu asunto Lily, siempre y cuando Misty acceda inmediatamente a hacer su entrada en sociedad en los salones de Almack's…-

- ¡Oh, por supuesto que lo hará!. ¿Cierto Misty?. No veo razón por la que pueda oponerse a ello- Lily exclamó aliviada, sonriendo se secó las mejillas. Se giró a su hermana menor y la abrazó ligeramente -Me comprometo a acompañarte a la modista. Elegiremos un guardarropa fino y exquisito para ti, que pueda eclipsar a cuanto caballero se cruce en tu camino…-

Misty hubiera reído ante las exactas palabras de Duplica, pero estaba tan frustrada y furiosa que lo irónico de la situación no le resultó risible en lo más mínimo. Observó la mueca de satisfacción de Daisy y se tragó el orgullo. De momento seguiría adelante con aquel teatro -pero en cuanto pudiera, haría algo que arruinara para siempre su debut social-

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- Madame Charlotte es una modista reconocida, el mundo del diseño la considera un genio en la materia. Cuenta con la grandiosa habilidad de tener un ojo critico, y sabe con exactitud que tipo de moda debes usar para resaltar tus rasgos- Lily decía con emoción enumerando las estupendas cualidades de la modista a su hermana menor, mientras caminaban a un costado de la avenida por Green Park una soleada tarde de primavera, exactamente tres días después de la charla con Daisy. Con eso demostraba que estaba completamente dispuesta a cumplir su parte en lo que le había prometido a la joven rubia a cambio de que esta considerara su petición -Nadie está más calificada que ella para hacer un milagro contigo…- le sonrió guiñándole el ojo.

- Gracias hermana- Misty la escuchaba a medias. La idea de visitar a una modista le resultaba tan atractiva como las horribles clases de baile que la habían obligado a tomar en la escuela.

Lily miró hacia delante, levantando el borde de su vestido de muselina color durazno. Irguió la cabeza -Una señorita debe aprender a vestirse con elegancia, resaltando los atributos que Dios nos ha dado, pero sin parecer una cortesana…-

Misty la miró de soslayo. Por un momento le pareció que era la señora Dorrell la que hablaba. Consejos como aquel eran los que siempre estaban presentes en los labios de la opulenta dama -Lily yo…- empezó a decir con aire cansado, pero fue rápidamente jalada por esta hacia la derecha donde un enorme roble imponía su confiada sombra -¿Qué pasa?- preguntó.

- Oh Myst ¡Es él! ¡Es él!-

La joven pelirroja sacó la cabeza de detrás del árbol y observó; a la distancia se distinguía un solitario jinete montado en un alazán negro que se acercaba por la avenida a gran velocidad. Por la forma en la que Lily había pronunciado 'Es él' supo que se hallaba frente al caballero por el que estaba a punto de sacrificar su pequeña herencia convirtiéndola en un tonto e inocuo guardarropas.

No podía apreciar sus rasgos desde ahí, y tampoco le importó hacerlo; se volvió a su hermana: -Lyl ¿Por qué no intentas hablarle…?- estuvo a punto de sugerir cuando la nombrada volvió a tomarla del brazo y jalándola, la empujó hacia el centro de la calle en el preciso instante en que el jinete se acercaba.

En un eterno segundo, Misty se vio sepultada entre las patas del animal con el cuello dislocado y las piernas quebradas. Pero al abrir los ojos fue consciente de que se hallaba viva, entera y de pie, y que el alazán había frenado con absoluta destreza sin causarle daño alguno. El corcel relinchó con suavidad y acercó el hocico a la mejilla de ella como para cerciorarse de que efectivamente se hallaba bien.

El jinete al contrario, por la forma en la que se mantenía tieso sobre la montura daba a entender que se hallaba en un estado de cólera importante…

- ¡Señorita! ¿Está usted ciega, loca, o acaso planea suicidarse?- le gritó el caballero visiblemente enojado. El alazán se movió esta vez, inquieto ante la furia de su amo -¿Es usted tonta?-

Debía tener la edad de su hermana Daisy. Llevaba el cabello negro despeinado y salvaje al viento. Usaba un fino traje de montar, botas, y su porte denotaba al personaje ilustre y distinguido de la sociedad. Un noble.

Sin embargo sus ojos castaños, grandes, relampagueantes, la inquietaron inexplicablemente al posarse con furia sobre ella. Sus labios masculinos se abrieron en una mueca sarcástica.

- ¿Y bien?. ¿Acaso es muda?-

Misty lo ignoró algunos segundos, colocó la mano en el hocico del animal en un intento de tranquilizarlo como lo hiciera antes con ella, mientras pensaba como salir airosa de la situación, pese a lo ridícula que se sentía. Levantó la cabeza observando de soslayo a Lily que se mantenía oculta en su escondite, esta no hizo gesto alguno pero la expresión suplicante y ansiosa de sus ojos claros hablaba por si sola. Misty suspiró observando el suelo.

Recordó al jinete y lo observó lentamente conteniendo el aliento sin darse cuenta. Estaba irritado y muy furioso. Gracias a ella el camino se había bloqueado; algunos carruajes se habían detenido detrás del noble y sus indignados pasajeros espiaban furtivamente por las ventanillas, en tanto los cocheros mascullaban con impaciencia. De pronto el joven soltó una carcajada. Rió de un modo tan libre y peculiar que el estómago de Misty dio un vuelco extraño.

- Ahora entiendo…- dijo este sonriendo y viéndola con evidente humor -Si quería conocerme y lograr una presentación entre nosotros, lo hubiera hecho de la manera convencional… Aunque admito que me siento… extrañamente halagado-

Misty decidió que ese hombre era un arrogante y un presuntuoso, y que debía actuar antes de que esa maldita sonrisa la empequeñeciera.

- De ninguna manera, milord- replicó tranquilamente sosteniéndole la mirada, recurriendo al descaro para salvarse -Estaba practicando-

La respuesta lo sacó de balance. Se inclinó sobre su montura aproximándose todo lo que pudo a ella.

Las mejillas de Misty se colorearon apenas, se mordió el labio. Finalmente lo había reconocido; Ash Ketchum, el legendario conde de Ashbourne, famoso tanto por su titulo nobiliario como por el escandaloso ritmo de vida que llevaba. El libertino más grande de todo Kanto y también el partido más grande de toda la región…

- ¿Practicando?- preguntó él con divertido interés, manteniendo su previa posición.

Misty alzó la barbilla con orgullo y elevando las cejas en un gesto de inteligencia muy propio de ella, proclamo con desdén lo que esperaba sonara ingenioso en vez de estúpido: - Estoy practicando para llegar a ser salteadora de caminos, obviamente-

- ¿Sal-salteadora de caminos?- la estudió profundamente esperando que ella soltara una risa que nunca llegó.

- Así es, milord. Me caracterizo por elegir a caballeros indefensos y sosos como victimas… Los espío mientras pasean por la avenida, luego salto delante de sus carruajes y detengo sus caballos-

- ¿Indefensos y sosos?- preguntó con voz suave, los ojos empequeñecidos.

Misty sabía que el insulto había dado en el clavo, y supo que ya era hora de retirarse dignamente sin añadir nada más. Hizo una graciosa reverencia e incorporándose le acarició el hocico al alazán con cariño y le dio la espalda, mirando por encima del hombro dijo de forma indiferente: -Buenas tarde señor err… Kellum-

Pronunció erradamente su nombre con toda deliberación. 'Un hombre así de irritante y presuntuoso merece este tipo de desaire' manifestó internamente mientras continuaba su marcha con dignidad, olvidando a su horrorizada hermana que se debatía entre seguirla o no. No podía olvidar la expresión asesina del caballero al pronunciar equivocadamente su apellido; era tan irritante, creído y soberbio como Duplica le había dicho una vez ¿Qué fue lo que su hermana había visto en él?

- ¡Misty!- Lily le dio alcance y la sacudió -¿Cómo pudiste hacer algo así?. Se supone que debías hablarle de mí y…-

- ¿Intentando que su caballo me matara?- Misty finalmente miró hacia atrás. El caballero se alejaba de ellas en sentido opuesto. El alma le volvió al cuerpo -¡Casi me asesinas con un capricho!, ¿y encima pretendes que le hable bien de ti y logre una presentación?-

- Te has burlado deliberadamente de él- Lily la sujetó del brazo con nerviosismo -Es un caballero con mucha influencia en la sociedad, una sola palabra suya bastaría para que quedaras arruinada por completo…-

- ¿En serio?- aquello atrajo la atención de la joven quien volvió sus ojos verdes a ella.

- Pero el encuentro ha sido corto, no le diste el tiempo suficiente para que reparara en ti. Aunque en este mismo instante debe estar preguntándose quien era la impertinente desconocida que osó desafiarlo tan abiertamente -

- Es un arrogante, creído, y lo tiene muy bien merecido…-

- ¿No te pareció atractivo?- Lily soltó una risita nerviosa tocándose las mejillas con las manos. Se había ruborizado.

Misty consideró la cuestión seriamente; '¡Sí!' proclamó una voz interna, mientras recordaba como sus rodillas se doblaban bajo la mirada enigmática de aquellos ojos castaños -No- mintió -Es un engreído y un arrogante-

Lily sonrió y siguió caminando. Tomó el brazo de su hermana y lo dobló bajo el suyo -No ha sido tan malo. La próxima vez no olvides hablarle de mí-

- No habrá próxima vez, Lyl-

La otra volvió a sonreír, le dio una palmadita en el hombro -Será mejor que nos apuremos o perderemos el turno con la modista…-

Misty suspiró vencida y ya no hizo más comentarios.

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Continuará...

*Aqui el 2do chap del fic de Oddie, espero que hayan entendido n.n

Besitos!

Sumi Chan

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