viernes, 8 de agosto de 2008

Fleurs d' amour et d' haine


Este es mi pequeño regalo para Oddy!. Querida hermanita aquí mi obsequio de cumpleaños, espero que te guste -o al menos que te sirva para pasar el rato-
Como notarán es un AU, ambientado en la época antigua -me encantan esos fics!- y vale decir que Blue tuvo mucho que ver con esta idea! :D
A leer!
-No sé cuanto durará, conociéndome abarcará unos cuantos capítulos!-

Capítulo 1:Amour et haine


- Me complace anunciar que todas ustedes señoritas, están completamente preparadas para el paso más importante en toda mujer; que es la entrada en sociedad. Habiéndose convertido en damas inteligentes y dignas, que sabrán llevar con inteligencia el nombre de esta institución en el día de mañana…- una gruesa mujer con voz de general hablaba a cientos de jovencitas de entre 16 y 18 años, que congregadas en un gran salón ornamentado oían aquel singular discurso de despedida -Dejaran sus sueños infantiles en este lugar y desplegaran sus alas de feminidad en una sociedad hambrienta de mentes frescas y espíritus nuevos. Confío en que mantendrán un buen juicio, y que a la hora de contraer nupcias sepan honrarse a si mimas y a esta institución que por tantos años las han acogido…-

La mujer parecía haberse emocionado en este punto, se detuvo y sorbió la nariz en un pequeño pañuelo bordado, dándole lugar a otra dama vestida en oscuros hábitos de monja, la cual se hallaba respetuosamente a un lado. Sin más, esta se acercó hacia esas jovencitas vestidas iguales que con ojos ávidos y esperanzados esperaban el dictamen final.

- Dios las bendiga queridas mías. Y recuerden que esta institución siempre estará abierta para ustedes…-

Un rugiente aplauso se levantó de las jóvenes espectadoras, a medida que todas se ponían de pie, y sus uniformes; chaqueta entallada azul marino y falda a tono larga hasta los tobillos, se reproducían en un número casi infinito. Aquellas eran las graduadas del colegio de Señoritas más exclusivo de todo Kanto y alrededores.

- Vayan en paz queridas mías- la madre superiora alzó las manos y realizó una silenciosa plegaria de agradecimiento.


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- ¿Te das cuenta de que esto es lo que hemos esperado por años?- decía una joven de cabello verde azulado mientras caminaba por un patio descubierto lleno de docenas de chicas vestidas iguales.

- ¿Te refieres a terminar la escuela?- prosiguió una muchacha no mayor que la anterior de cabello rojo prolijamente recogido en dos trenzas.

- El discurso de la señora directora fue muy conmovedor-

- Claro Duplica. Eso de recordarnos que ahora nuestra mayor prioridad es contraer matrimonio fue muy halagador de su parte…- la pelirroja se alisó las tablas de su falda azul- Desde que tengo memoria la señora Dorrell no ha cesado de decir que debemos lograr un 'casamiento esplendido', y de impartirnos toda clase de pautas -las que ella consideraba necesarias- para conseguir un buen marido-

- La señorita Dorrell es soltera por si no lo sabias Misty- Duplica comentó con una risita poniendo las manos tras la espalda -Creo que eso demuestra que hace lo posible para que no corramos su misma suerte-

- Yo quiero ser soltera- Misty alzó orgullosa su barbilla al cielo despejado y sin nubes. Sus palabras hicieron que varias cabezas se voltearan hacia ella con horror.

- ¿Soltera?- Duplica la tomó del brazo y la empujó distrayendo la atención de las demás. Aquella palabra en aquel colegio estaba prohibida -¿Estás loca?. ¿De donde sacas esas ideas tan absurdas?- se alejó con ella lo suficiente y la soltó -Cuando tengas tu presentación en sociedad ya no pensaras lo mismo…-

- Por supuesto, porque la mayor ambición de mi vida es usar un vestido amplio y pomposo que me envuelva como un capullo, llevar ciento de perlas en mi cabello y cuello, mantenerme erguida y tiesa mientras sostengo un abanico de seda -o de plumas, valga el caso- que agito con suavidad en tanto aleteo mis pestañas a todo hombre elegible y que posea un titulo nobiliario y una jugosa fortuna…-

- Bueno- Duplica se defendió, avergonzada porque a ella no le desagradaba para nada aquella perspectiva -Eso es exactamente lo que se espera que hagas-

- Tonterías. Yo no desfilaré como una muñeca ante cientos de hombres ricos sonriendo como una tonta-

- Myst…- Duplica suspiró y sus ojos adoptaron un aire soñador y romántico -Yo espero ansiosa mi debut en sociedad-

- Yo no-

- ¿Por qué no?. Piénsalo; usar vestidos de moda, joyas, pieles… ¿Qué hay de malo en todo eso?-

- Creo que hay cosas más importantes en la vida- Misty sonrió -Como la tierra, el mar, viajar… conocer nuevas personas. Ser independiente y poder hacer lo que te plazca…-

- ¡Misty!- Duplica exclamó con horror tras mirar a los lados esperando que nadie oyera las locuras de su amiga -Es terrible que pienses así. Una dama debe pensar en su debut social y en sus deberes como futura esposa…-

- Ya hablas como la señora Dorrell- la joven frunció el ceño graciosamente -Yo 'pienso' disponer de la pequeña herencia que mi abuela me dejó y me mudaré a Viridian donde compraré una casa para mi sola… o tal vez adquiera un pasaje en barco y me dedique a recorrer los mares, o tal vez…- notó que la cara de Duplica palidecía de espanto -Me haga periodista o escritora…-

- No serías capaz. Tu hermana te asesinaría…-

- Tal vez- Misty exhaló un triste suspiro -¿Qué hay de malo en no querer ser como las demás?-

Duplica se acercó y la rodeó con un brazo, era más alta que ella y sus rasgos femeninos eran más obvios -Vamos, estoy segura de que cuando te enamores ya no pensarás así, y verás lo maravilloso que se esconde en ser toda una dama de sociedad…-

- ¿Para qué?. ¿Para ser como tú?- preguntó Misty volteando a ver a su amiga con ojos llameantes -Enamorada de un Lord que ni siquiera sabe que existes…-

La última frase repercutió profundamente en el ánimo de la peliverde. Retiró el brazo de la joven y se alejó unos pasos -Eso fue cruel, Misty-

La nombrada se arrepintió inmediatamente de haberlo dicho, se acercó a su amiga y la abrazó a su vez con fuerza, intentando remediar sus palabras -Perdóname Duplica, no medía lo que decía- la apretó un poco más -Por favor perdóname, no fue mi intención decir algo semejante. Tú eres mi mejor amiga…-

- Lo soy- esta asintió devolviendo el gesto -Soy la única que puede tolerar tus cambios de humor- sonrió.

Misty aflojó el abrazo y se alejó un poco, aunque todavía le rodeaba los hombros -Y si ese Lord aún no ha reparado en ti, es porque no sabe lo que se pierde…-

- Gracias Misty- los ojos de Duplica se humedecieron levemente. Miró el cielo despejado en tanto sentía la suave brisa primaveral revolviendo sus cabellos sueltos -En algún momento un gentil caballero llegará para trastornar tu mundo endeble y tranquilo; y tú sentirás lo mismo-

- ¿Yo?- se burló la pelirroja enseñándola la lengua en un gesto infantil -Sí, talvez en otra vida…-

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May Maple se recostó contra los almohadones rellenos de plumas y se cubrió con la arrugada sábana de hilo, en tanto observaba con satisfacción a su amante que recogiendo una fina camisa a los pies del lecho, se aprestaba a cubrir su torso y la musculatura suave y a la vez inminente, que ella había recurrido con sus dedos y labios momentos atrás. Ya se había puesto el pantalón y se inclinaba para hacer lo propio con las botas.

- ¿Ash?- lo llamó cuando él procedía a hacerse el nudo de la corbata y los ojos de ambos se encontraron en el espejo que colgaba encima de la chimenea. Le sonrió desinhibidamente.

- ¿Qué ocurre?- le preguntó.

Ella se acomodó entre las sábanas intentando parecer despreocupada -Pues… nada. Solo quería comentarte algo que escuché…- volvió a sonreírle.

- ¿Y bien?. ¿De que se trata?-

- Es solo un rumor que ha tomado grandes proporciones conforme el tiempo transcurre…-

Él dejó los lazos sueltos de la corbata en torno a su cuello y se acercó a la cama con el ceño fruncido de impaciencia -¿Qué clase de rumor?-

Más que una pregunta, May entendió el tono perentorio de una orden explicita. Allí se notaba su alto rango en la sociedad de Kanto; un hombre que estaba acostumbrado a mandar y a ser obedecido. Volvió a estirar sus rojos labios en una sonrisa atractiva -Dicen las malas lenguas que al fin sentirás cabeza este año…-

- Así que eso dicen- por el tono en el que habló supo que le estaba diciendo claramente que no se metiera en lo que no le concernía.

Pero May no se intimidó ante su ceño fruncido o la sequedad de sus palabras. Se puso de costado dejando que su cabello castaño descendiera por su hombro como una cascada de chocolate -Ash ¿es cierto?-

- Especulan muchas cosas sobre mí, May, lo sabes- contestó evasivo, y se volvió al espejo para terminar de vestirse.

Era alto y apuesto. Piel bronceada por el sol y cabello negro. Era un hombre anguloso, de planos agudos, desde la nariz fina hasta la mandíbula bien cincelada y los largos dedos de las manos. Parecía severo e inflexible, pero May lo conocía muy bien. También era bueno, tierno y muy amable. Aunque en ese momento no lo parecía.

- Solo dime si el rumor es cierto…- y como si pudiera disuadirlo a más, añadió -Tu madre le comentó a una costurera de madame Charlotte -que también es mi modista- que por fin había logrado que entrases en razón, y te ocuparas de tus deberes como primogénito tomando en primer término la obligación de tener un heredero…-

- Mi madre estaba muy locuaz ese día- siguió él de modo cortante.

Pero May no se amilanó ante ese comentario. Estaba dispuesta a conseguir la verdad valiéndose de cualquier forma posible -¿Milord?- volvió a la carga -¿Tienes a alguna muchacha en mente?- le sonrió viendo que contaba con su atención otra vez- Por años te has relacionado con muchas mujeres pero no prestas demasiada atención a alguna de ellas -salvo a mí por supuesto- Por fin quizás hayas conocido a aquella que consideres digna de llevar tu apellido-

- May- fue todo lo que él dijo volviéndose con una pétrea expresión, producto de la irritación que le causaba que su amante se metiera en los asuntos de su vida privada que sin duda nunca fueron de su incumbencia. Tomó el saco de etiqueta del respaldo de la silla y se lo puso.

- ¿Vas a contestarme?- prosiguió ella acomodando su cuerpo para verlo mejor.

De pie junto a la cama y observándola con detenimiento, Ash sintió que su enfado se evaporaba de forma considerable. La mujer allí tendida ofrecía un espectáculo delicioso y muy tentador, sobretodo para sus sentidos que amenazaban con volver a despertar. Se inclinó y le cubrió la mejilla con la mano.

- No tienes nada que temer May, y aunque planeé casarme para tener un heredero, nadie te quitará el lugar que tienes…-

La mujer pareció satisfecha con esa respuesta y se relajó adoptando una pose seductora que hacia que por lo general el cuerpo de él respondiera.

Además de hermosa, May era directa, sofisticada e inteligente. Todo lo cual la convertía en una cortesana encantadora, tanto en la intimidad como en el ámbito social donde él se desenvolvía. Ash sabía que era una mujer demasiado práctica como para albergar la secreta esperanza de que fuera ella a quien le ofreciera matrimonio, cosa fuera de cuestión para una amante considerando el tipo de relación que los unía, y también que era demasiado independiente para desear atarse a alguien de por vida: rasgos que robustecían el vinculo entre ambos. O al menos eso era lo que él pensaba.

- ¿Milord?- susurró May cuando Ash se inclinó para despedirse con un beso -Ven a verme pronto-

- Haré lo posible- y dicho aquello salió.

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- ¿Qué quieres hacer que?- una estilizada mujer rubia con un alto peinado en la cabeza y envuelta en un sobrio vestido gris decía dirigiéndose con cólera a una muchacha pelirroja mucho más joven que ella, quien estaba de pie aún con su uniforme escolar puesto considerando lo avanzado de la hora.

- Quiero disponer de la herencia que mi abuela me dejó-

- Según su testamento no puedes hacerlo hasta que cumplas 20 años o te cases- contestó con petulancia- Sin embargo, yo he hablado con el abogado y he decidido invertir esa suma en un pequeño guardarropas para ti. Ya empieza la temporada y es menester hacer tu presentación en sociedad-

Misty abrió los ojos con pánico y sacudió la cabeza -¡No puedes hablar en serio!. ¡Ese dinero es mío!. ¡Abuela me lo dejó para que yo lo empleara en algo importante que me hiciera feliz!-

- Tener vestidos bonitos para lucir en tu debut es algo importante-

- ¡Pero yo no quiero!- gritó negándose a permitir que los ojos se le llenaran de lágrimas -¡No quiero tener mi entrada en sociedad!. ¡No quiero adornarme como un pavo real para que todos me vean, y no quiero casarme!. ¡Quiero ser soltera!- las palabras salían a borbotones como una cascada cuyo torrente es infinito -¡Quiero irme a vivir sola y recorrer el mundo en un barc…!-

El golpe seco resonó en la habitación antes que sintiera que su mejilla ardía como un trozo de hierro candente. Observó la pesada mano que descendía a su rostro por una tercera y una cuarta vez, pero los ojos cuajados de lágrimas le impedían ver la reacción de la mujer rubia.

- Soy tu tutora desde la muerte de nuestros padres- dijo esta con voz apretada -Y vas a obedecer cada una de las cosas que te diga. Vas a tener tu debut social aunque tenga que arrastrarte de los cabellos hasta Almak's. Y lo mismo haré en relación a tu matrimonio. Está decidido y no te atrevas a desafiarme-

Misty se mordió el labio evitando echarse a llorar, pero el fuego de sus mejillas le recordaba la vergonzosa situación de segundos atrás.

- Ahora ve a tu habitación y no saldrás de allí hasta que te lo autorice-

No se dejó repetir la orden, manteniendo la cabeza gloriosamente en alto dio media vuelta sobre sus talones y salió de la sala ignorando la palpitante quemazón de ambas mejillas

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Se colocó el largo camisón de franela que le llegaba a los tobillos. Se sentó en la cama y se deshizo las trenzas; suelto, el cabello le llegaba gloriosamente a la cintura y brillaba como una antorcha encendida. Volvió a trenzarlo, esta vez en una unidad, y sujetó el extremo con una cinta. Se tocó las mejillas con las manos frías advirtiendo la humedad que descendía de sus ojos y que apenas lograba calmar su fuego.

Dando un ligero gruñido escondió la cara en la almohada y liberó el llanto que estaba carcomiéndole la garganta. El suave cojín fue el único testigo de sus lágrimas y sufrimiento.

'No voy a casarme… antes haré algo para que mi valor en el mercado matrimonial se estropeé irremediablemente…'

Con ese pensamiento se quedó dormida.

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continuará





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