miércoles, 2 de enero de 2008

El Diario

El Diario

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La puerta de la habitación se abrió dándole paso a una joven rubia. Daisy - Misty lo siento- se detuvo al ver a su hermana hecha un ovillo en la cama -Las muchachas se pasaron esta vez…-
La nombrada levantó la cabeza de la almohada, se abrazó a sí misma y sopló un mechón de cabello que se le había metido en los ojos, intentó respirar pero un ligero sollozo se escapó de su pecho.
- ¿Alguna vez se detienen a pensar antes de hablar?- preguntó sonándose la nariz con un pañuelo desechable.
- Sabes que no- Daisy sonrió con simpatía y se acercó un poco más. De debajo de su brazo sobresalía la cubierta de un libro.
Las riñas entre Misty y el resto de sus hermanas comenzaban a sucederse con más frecuencia, y el resultado siempre era el mismo; y podía verlo ahora frente a sus ojos. Frunció ligeramente el ceño, y se preguntó porque el carácter de su hermana pequeña había dado tal giro…
- Es duro que digan esas cosas, ¿sabes Daisy?- tragó un nuevo nudo de llanto de su garganta -A veces pienso que no soy parte de esta familia-
- Vamos no digas eso- le recriminó sentándose junto a ella en la cama, le puso una mano en el hombro.
- Es que actúan como si me odiaran-
- No es eso, debes tener paciencia y…-
- ¡No es justo!- exclamó mirando a su hermana mayor con ojos enrojecidos y húmedos -¡Siempre soy yo la que debe mostrar consideración!. ¿Por qué no hacen lo mismo por mí?. ¿Por qué tengo que ser la que de el brazo a torcer…?-
Daisy suspiró, tomó el libro que había dejado a su lado en la cama al sentarse, y lo colocó en las rodillas de la joven.
- ¿Qué es esto?- preguntó Misty echando un mechón de su enmarañado cabello rojo detrás de su hombro. Tomó el objeto en sus manos y lo examinó; estaba forrado en cuero negro, y sus hojas lucían amarillas como si llevara mucho tiempo -años- de vida. Sobre la cubierta tenia la palabra 'Diario' impreso en dorado.
- Es el diario de mamá- Daisy sonrió al ver la expresión asombrada y de temor casi reverencial que adquirieron los ojos de la menor -Creo que ya estás lo suficientemente grande para leerlo, y también creo que te será de ayuda…-
- El diario de mamá…- repitió en un susurro, deslizando los dedos con suavidad sobre la desgastada cubierta, delineando las letras doradas. Miró a su hermana de improvisto -No sabía que mamá tenía un diario-
- Tampoco nosotras lo sabíamos, creímos que papá había quemado todas sus cosas luego de su muerte…- hizo una pausa -Violet lo encontró hace un par de años, estaba escondido entre las cosas que mamá guardaba de nosotras cuando éramos bebés… A papá nunca se le ocurrió que mamá dejaría esto entre un montón de recuerdos…-
- ¿Pero, porque ahora?- Misty sostuvo el libro entre sus manos.
- Porque ahora es el momento indicado para que lo leas- comenzó a ponerse de pie y se dirigió a la puerta.
- ¿Dónde está Ash?- preguntó Misty recordando de pronto a su amigo.
Daisy se volvió riendo -Creo que se asustó al oír la pelea entre tú y las muchachas y prefirió tomar una siesta en el sillón del living…-
La joven pelirroja arqueó una ceja con ironía -Era esperar demasiado que subiera a mi habitación a intentar consolarme ¿cierto?-
La rubia soltó otra carcajada -Supongo que es su forma de decir 'me preocupas', otro en su lugar hubiera salido corriendo tras oírlas-
- ¿Tomando una siesta es su forma de preocuparse?. Si, claro…- volvió a mirar el libro.
- Bueno te dejaré. Léelo con calma Myst-
- Oye Daisy- la nombrada se detuvo ya con la mano en el picaporte, la hoja de madera entreabierta -Gracias- Misty estiró la esquina de sus labios en una débil sonrisa.
La mayor solo devolvió el gesto, y tras salir cerró la puerta con suavidad dejando a la joven envuelta en aquel familiar silencio.
Misty volvió a acomodarse en la cama, se sentó contra el respaldo de madera cruzando las piernas, con el libro fuertemente asido entre sus manos.
Soltó un pequeño suspiro y finalmente se dedicó a abrirlo…

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Mi nombre es Rose Elizabeth Waterflower. Tengo veintitrés años de edad, y soy la líder del gimnasio de Cerulean City. Decidí comenzar este diario para poder expresar mis sentimientos. Algunas veces hay cosas que quiero decir pero no sé como hacerlo, y suelo esconder mis emociones detrás de un rostro alegre.
Will suele decir constantemente que si lo intentara sería una buena jugadora de poker. Porque siempre intento sonreír para que nadie se preocupe por mí, y nunca dejo que las emociones se demuestren en mi cara…pero yo solo quiero que las personas que amo -Will, mis tres niñas- sean felices.
Este diario es mi escape. El único lugar donde puedo mostrarme como soy…

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Querido Diario:
El hospital huele tan raro como lo recuerdo, y eso que han pasado casi cinco años desde que he estado aquí dando a luz. Mi último bebé ha decidido mostrarse hoy, ¿y sabes? Es una niña. Una pequeña y hermosa niña. A pesar que Will y yo esperábamos un varón, Dios ha decidido cambiar nuestros planes y lo hemos aceptado gustosos.
La pequeña Misty -¿te gusta ese nombre?. Hay toda una historia tras su elección, luego te la contaré- ha causado mas dolor del que pudiera haber imaginado. No recuerdo haber sufrido tanto con los otros partos. Hasta mi doctor se mostró preocupado.
La pequeña Misty ha sacado el color de mi cabello y los ojos de Will, al igual que Daisy. De algún modo sé que será una mujer fuerte y decidida, y que no ocultará sus emociones como yo, sino que les hará frente. Será osada, atrevida y valiente. Una curiosa fusión de lo que Will y yo somos…
No sé porque estoy escribiendo esto, diario, de algún modo puedo ver el abismo que separará al nuevo bebé del resto de las niñas.
Pero Misty será diferente. Lo sé.
Bueno, el doctor dice que debo descansar, y que sino dejo de escribir me inyectará un sedante, pero tú sabes, tenía que decirte esto. A pesar de que el parto fue terrible, y del dolor, tenía que escribirlo…

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Misty se secó las nuevas lágrimas que corrían por sus mejillas, soltó un pequeño suspiro y se dedicó a recorrer las páginas. Había muchas cosas que desconocía, sobre su padre, sobre su madre. Habiendo ellos muerto cuando era pequeña, casi no recordaba como eran, o sus personalidades. De pronto le parecía extraño estar leyendo de ellos en aquel diario, bebiendo de su vida, de sus actividades, conociendo sus miedos, sus sueños, sus anhelos. Siempre pensó en ambos como seres reales, pero lejanos; de algún modo perfectos y seguros del lugar que les había tocado vivir.
Pero lo más extraño de todo era conocer detalles sobre ella. Detalles que nunca pensó llegaran a importarle a alguien…

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Luego de poner nombres de flores a mis hijas mayores Will decidió romper con la tradición y llamar al nuevo bebé de un modo diferente. Le di el placer de que fuera él quien lo escogiera, y no fue hasta esta mañana, que yo estaba en pleno trabajo de parto, que finalmente se decidió. Misty Waterflower. ¿No es bonito diario?
Hasta parece hacerle honor a su nombre, el color de sus ojos contrasta de un modo notable con sus cabellos, Will dice que será una completa belleza cuando crezca. Yo puedo imaginármelo. Tan distinta al resto de sus hermanas, y sin embargo tan similar a nosotros. Lleva el amor por los pokémon en la sangre, el sabor de la aventura y la valentía…

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Dio vuelta una nueva hoja y notó que las entradas al diario se hacían más cortas y la letra cada vez era más suave y confusa, como si quien escribiera lo hiciera en un modo cansado o triste.
Se acomodó en la cama, despejando los mechones de cabello húmedo de sobre su cara y se concentró de nuevo en la lectura.

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Querido Diario:
Hoy he estado más cansada de lo usual. Mis fuerzas parecen evaporarse con cada segundo del día y necesito dormir con más frecuencia.
No sé lo que me ocurre.
La pequeña Misty da más trabajo que cualquier otro bebé… ¿o seré solo yo que estoy tan agotada?. Sencillamente lo único que he hecho en estos días es mecerla en mis brazos y cantarle para que deje de llorar y duerma. Will lo ha notado y me ayuda con el resto de las niñas, aunque se lo ve silencioso y triste. Creo que de algún modo sabe que esto no es normal, pero como yo, evita hablar del tema, fingiendo que no ve nada.
Pero necesito el silencio, la quietud. La luz fuerte y el llanto del bebé me provocan dolor de cabeza. Me irrita.
Las niñas también se han vuelto insoportables, hablan todo el día y me cansan con su plática sin fin… pero las pequeñas no tienen la culpa. ¿Qué pueden saber mis tres ángeles de lo que le ocurre a su mamá?
Sin embargo, Daisy con sus ocho años cumplidos sospecha algo. La siento de pie junto a mi cama cuando estoy tomando una de esas largas siestas, sus ojos claros no se despegan de mi silueta mientras intento descansar. Es tan sabia que no dice una palabra, conserva su silencio y se aleja para cooperar con su papá, ella sola se hace cargo del bebé.
Mi pequeña Misty…
Ella no tiene la culpa de nada.

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Querido Diario:
Sé que me voy a morir.
No necesito ir al doctor para saberlo. Es una precisión que palpita en mi pecho.
Voy a morir.
Joven, y con mi pequeña familia sin disfrutar. Es triste darse cuenta que no estaré aquí para los cumpleaños de las niñas, o para cuando realicen su primer viaje pokémon. No podré verlas crecer ni enamorarse. No confeccionaré sus vestidos, ni oiré sus confidencias, no me hablaran de sus sonrojos, ni de sus futuros amigos.
¡No presenciaré nada de sus vidas, diario!. Seré como un fantasma, una sombra que alguna vez existió en sus vidas…
Pero lo peor de todo es que no estaré aquí para cuando mi pequeño bebé diga su primera palabra, o para cuando aprenda a caminar. Misty será la única de las niñas que nunca tendrá un recuerdo mío… no recordará mi voz, ni mis consejos. Nunca la veré crecer, ni celebraré sus cumpleaños, ni la ayudaré a desenvolver sus regalos para navidad…
Es triste diario, de todas, ella será la que más sufrirá y eso me horroriza. No quiero irme así, no quiero dejarlas así…
Pienso en Will, y en toda la responsabilidad que caerá en sus hombros y ruego que pueda con esa carga. Por el bien del bebé y de las niñas.
Porque de algún modo quiero irme en paz.

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Querido Diario:
Hoy he visto el sol asomándose por la ventana, las cortinas estaban corridas y ese aire de primavera me invadió la nariz arrancando una sonrisa de mis labios resecos. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de algo tan trivial como eso…en estas últimas semanas no he tenido ganas de nada… solo quería dormir y rodearme de mucho silencio… las niñas casi no hablan cuando suben a verme, y el bebé me mira con sus enormes ojos verdes como pidiéndome permiso para balbucear… ¡Dios!. ¿Qué ha pasado conmigo?. ¿Por qué tengo que morir así?

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Hoy la pequeña Misty ha cumplido ocho meses… y es hermosa, diario.
Su cabello llamea como el sol naciente, haciendo que luzca más pálida, pese a sus mejillas regordetas y sonrosadas. Sus ojos verdes parecen piedras de jade y me recuerdan a Will.
Will… hace lo posible con las niñas. Es un excelente padre y será de gran ayuda para ellas. Lo sé.
Escucho el llanto del bebé, ya debe de haber despertado de su siesta, Daisy se ha tomado muy en serio la responsabilidad de cuidarla.
Me complace saber que entre ellas -la mayor y la menor- existe un lazo de amor que pese a las circunstancias se ha fortalecido…

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Las entradas se acababan allí. Había varias hojas en blanco y luego un nuevo escrito que no tenía fecha, pero la letra -suave y prolija- poseía la vitalidad de las primeras hojas del Diario. Misty entendió que su madre debió de haber escrito eso cuando todavía se hallaba bien.
Volvió a limpiarse la nariz con el pañuelo desechable y se inclinó para seguir leyendo. Su nombre -su propio nombre- encabezaba la parte superior de la hoja.

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Misty:
Contigo me ha pasado algo extraño que con el resto de tus hermanas. Es como si supiera antes de verte, como serías y lo mucho que tu padre y yo estaríamos orgullosos de ti. Sé que el destino te tiene miles de acertijos preparados, pequeña, y que los resolverás con una habilidad que a muchos les resultará envidiable.
Aún a tus hermanas.
Pero ese es el camino que te tocó seguir, el de la aventura y el peligro, el de la osadía y el sacrificio. Algo que Will y yo siempre dejamos trunco por estar a cargo del gimnasio. Pero tú lo harás, Misty; recorrerás el mundo y conocerás nuevas especies de pokémons, tendrás amigos que te valorarán por lo que eres no por el apellido o el titulo que portas.
Y aunque el significado de sentimientos nuevos te duelan, aunque tus hermanas no te entiendan, y aunque muchas veces te sientas excluida de la familia, debes recordar quien eres.
Y aunque tu carácter te cause dolor de cabeza y las palabras no sean tu fuerte, quienes te rodean te valoran. Valoran lo que haces, valoran tu persona y como eres.
¿Cómo no han de amarte, hija?. Si eres nuestro pequeño orgullo, nuestra combinación.
Sé que debiera decirte esto personalmente, cuando crezcas y seas capaz de entender pero…las cosas a veces no salen como uno las planea ¿cierto?
Y cuando ese momento especial llegue -ese momento en que las mariposas salten en tu estomago porque has conocido a alguien- no dudes en experimentar esos sentimientos. ¡Eres una persona valiosa, Misty!. Y el joven que elijas para depositar tu cariño será merecedor de nuestra estima. Nosotros lo aceptaremos y lo sabrás en lo profundo de tu corazón.
Sé feliz con él, pequeña. Pelea por tus sentimientos, tú no eres cobarde, eres valiente, demuestra que vales. Demuestra que eres una Waterflower.
Y por tus hermanas mayores no te preocupes. Ellas te aman, cariño. Te aman al igual que nosotros.
Recuerda que debes vivir tu vida, lo más hermoso está esperando que lo reclames ¿vas a perdértelo?
Sé feliz hijita.

-Rose Elizabeth Waterflower-

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Cerró el diario emocionada, y se quedó recostada por unos segundos. Sus ojos brillaban húmedos de lágrimas y de excitación, su mirada se concentraba en el blanco techo de su habitación, apretó el libro contra sí y se permitió sonreír levemente.
- Gracias mamá…- susurró en tanto una nueva lágrima descendía por su mejilla.
Se la secó con energía y se incorporó. Peinó su cabello hacia atrás y se puso las zapatillas que estaban abandonadas a un lado de la cama. Apretó el libro contra su pecho y se encaminó hacia la puerta. Se detuvo unos segundos y se refregó la cara con una mano, borrando cualquier vestigio de llanto.
Salió de la habitación y bajó las escaleras, encontró a sus dos hermanas mayores afanadas en el arreglo de un florero, que sin duda debido al lugar donde se encontraba, nunca podría ser apreciado por quienes visitaran el inmenso Aquarium pokémon. Pero se guardó de comentar algo.
Se detuvo tras ellas y sonrió.
- Es un bonito arreglo- dijo estudiando los gladiolos y los helechos largos y delicados que sobresalían del recipiente de porcelana.
Violet y Lily se giraron a verla sorprendidas. Advirtieron el libro que llevaba bajo el brazo y ambas bajaron la mirada con pena.
Misty se acercó a las dos y de un salto las abrazó. Pero lo hizo con fuerza, con cariño, en una muestra de afecto que era nueva y genuina. Las dos jóvenes mayores lo advirtieron y se apretaron a ella con la misma intensidad.
- Las amo muchachas- susurró ahogando las palabras contra el hombro de Lily, para luego repetir lo mismo contra el hombro de Violet.
Ambas solo atinaron a abrazarla más fuerte incapaces de decir algo.
Misty rió, mezcla de llanto y euforia. Luego se separó y vio a Daisy de pie tras ellas y con los ojos llenos de lágrimas. Sin pensarlo se arrojó a ella también con los brazos abiertos, sin importarle que el Diario se hallara volcado, de cara en el suelo.
Ambas se abrazaron con fuerza por incontables segundos. Había tal emoción en ese gesto que las dos muchachas restantes no vacilaron en congregarse junto a ellas y sumarse a ese abrazo familiar.
Misty volvió a reír y presionó cariñosamente las manos de ambas, antes de incorporarse y besar sus mejillas húmedas.
- Las quiero muchachas…- cerró los ojos con una sonrisa.
- Nosotras también Myst- Violet tomó la palabra sonándose la nariz con uno de los pañuelos desechables que Daisy acaba de repartir para todas.
- Gracias chicas- ella asintió aliviada y volvió a abrazarlas levemente.
- Bueno, bueno- Daisy la cortó riéndose y secándose también los ojos -Deja de perder el tiempo con nosotras y ve a hacer lo que sabes que tienes que hacer-
- ¿Eh?- miró a sus hermanas con una ceja arqueada.
- Oh, vamos Myst- Lily intervino ahora con una mueca -Como que, tampoco es para que aparentes…- levantó el Diario del suelo y se lo colocó entre las manos -Ve, ve a verlo…-
- ¿A quién…?-
Misty las miró de pronto comprendiendo todo. Se sonrojó a más no poder y negó débilmente con su cabeza.
- Muchachas no creo que sea lo que corresponda luego de que…-
- Deja de decir tonterías, Misty- Violet estaba molestándose -Como que, ¡ve a tomar al toro por las astas!-
- Demuestra que eres una Waterflower- Lily añadió -Toma la iniciativa-
- Eso es- Daisy asintió tomándola de los hombros y empujándola hacia el recibidor -Toma la iniciativa hermanita…-
- ¡Suerte!- exclamaron las otras dos al unísono levantando sus pulgares para ilustrar sus palabras.
A Misty solo le quedó suspirar con pena.

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Apretó el Diario nerviosamente contra su pecho y se permitió exhalar y aspirar aire hondamente mientras recorría todo el pasillo hacia el living. Estaba nerviosa y realmente no alcanzaba a entender por que.
Nadie le había dicho que tenía que hacer algo específico ¿o sí?
Llegó hasta el sillón largo donde su mejor amigo dormitaba y se permitió observarlo. El joven parecía tan reposado y tranquilo como si se encontrara durmiendo en su propia casa.
Misty sonrió malignamente para sí y dándose la vuelta, depositó con suavidad el Diario sobre el borde de una mesa.
Observó una vez más al joven que roncaba con suavidad y de un gesto brusco se sentó en sus rodillas, utilizando su peso para despertarlo.
El pobre muchacho abrió los ojos con un gemido y prestó atención a la causante de su brusco despertar.
- ¿Qué haces ahí?- le preguntó con voz adormilada mientras se refregaba los ojos y reprimía un nuevo bostezo.
Misty rió y con sus dedos índices le hincó en las costillas haciendo que se incorporara de un salto reprimiendo una aguda carcajada completamente lúcido.
- Hey, hey…- le tomó de las muñecas y la miró con atención. Ella estaba sonriendo pese a sus ojos levemente hinchados y enrojecidos -¿Te encuentras bien?-
Misty se echó a reír y siguió picándole con los dedos a sus costados -¡Eres un desconsiderado Ketchum!. ¿Ahora vienes a preguntar si estoy bien?-
- Bueno, estabas hecha un ciclón… Cualquier persona cabal evitaría toparse de frente contigo…- ella le hincó más fuerte y él reprimió nuevas carcajadas.
Misty lo miró reír y lentamente dejó de torturarlo. Dejó las manos inmóviles a sus lados y se mordió el labio.
- ¿Qué?- él la miró notando su pasividad -¿Sigues peleada con tus hermanas?- ella negó con la cabeza -¿Entonces?-
- ¿Por qué no te fuiste?-
- ¿A dónde?- alzó una ceja acompañando la pregunta -¿Irme a donde?-
Ella suspiró -Tras la pelea… podrías haberte ido a tu casa…-
- Ah- le sonrió - Quería cerciorarme de que estabas bien-
- ¿Quedándote dormido era tu forma de hacerlo?- soltó una risita logrando incomodarlo. Luego añadió picándole en las costillas una vez más -De todos modos gracias-
- Oye, no tienes que agradecer. Eres mi amiga y aunque tengas un carácter endiablado voy a seguir preocupándome por ti-
- ¡Muy gracioso Ketchum…!-
Volvió a hacerle cosquillas solo que esta vez él estaba preparado para su asalto y se defendió haciéndole exactamente lo mismo. Las manos de Misty se volvieron débiles ante la tortura y ante su propio ataque de risotadas. Luego de unos segundos de intentar defenderse inútilmente se dejó caer vencida casi sobre él. El joven usó sus brazos para evitar un contacto total que a ambos les resultara incómodo, solo que no contaba que el cuerpo de la chica fuera tan suave, tibio y en cierto modo todavía vulnerable ante su ataque de cosquillas.
- Ash…- Misty se miró en sus ojos castaños por unos segundos, para luego recordar que todavía seguía sentada sobre sus piernas y que seguramente su peso estaría acalambrándole. Sin mencionar que era una situación embarazosa. Comenzó a moverse: -¿Estoy pesándote mucho?-
- No- él le sostuvo la vista con sus brazos sosteniendo sus hombros impidiendo que se moviera.
Ella se mordió el labio otra vez y recordó el Diario, suspiró con suavidad - Ash ¿Qué piensas de mí?-
- ¿Eh?-
- Eso… que piensas de mí…-
- Pues… -el joven meditó por unos momentos -Creo que eres independiente, osada y una de las personas más fuertes que conozco. Y que aunque tienes un carácter que asustaría a varias docenas de Gyarados…- sonrió- Posees un corazón inmenso y una valentía que por momentos me causa envidia…- la miró -Pero te valoro mucho, Myst. Eres mi compañera incondicional, mi amig…-
Misty no lo dejó terminar se inclinó hacia él y sepultó el resto de sus palabras en sus labios. Fue un beso brusco y torpe, y obviamente no había sido planeado, pero a ella no le importó ninguno de esos detalles cuando él finalmente liberó sus hombros y la tomó de la barbilla devolviéndole dulcemente la caricia.
Sonrió contra sus labios y advirtió que los ojos le ardían una vez más, se dijo que no iba a llorar y cuando el joven depositó el último beso en su boca suave, se permitió relajarse y apoyar su cabeza contra su pecho ahogando las lágrimas traicioneras en su ropa.
- Myst… ¿sabes lo que esto significa cierto…?-
- Sip- asintió contra su cuello en tanto las manos masculinas vagaban por su espalda apaciguándola como si supiera de la tormenta de emociones que estaba engulléndola.
- Me alegro que lo sepas…- susurró -Pues no me importa que tan independiente o valiente seas, seguiré cuidando de ti tanto o más que ahora…-
Misty rió, se secó torpemente los ojos y se incorporó -Lo sé- dijo con voz clara y lo besó bruscamente otra vez -Mamá me lo ha dicho…-
- ¿Eh?-
- Mamá sabe lo que siento por ti, y está de acuerdo y hasta te aprueba…-
- Como sabes eso si…-
- ¡Solo cállate!- le puso la mano en la boca -Limítate a besarme ¿quieres…?-
Y Ash así lo hizo.
Ninguno se percató de aquel débil rayo de sol que por un momento hizo resplandecer la gastada tapa del Diario. Ambos estaban tan concentrados en si mismos que tampoco advirtieron el trío de cabezas femeninas que se acercó a verlos de la habitación contigua con una sonrisa de aprobación en sus labios…

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Nota:

Sip! Antes que alguien me lo pregunte no es mera casualidad que los padres de Misty se llamaran Elizabeth y Will... Es debido a mi alto fanatismo por la pareja principal de 'Piratas del Caribe' xDDD
Jejeje, en fin, estoy planeando otro one shot para este hermoso blog, solo que no sé para cuando lo tendré listo.
Gracias a todos por sus comentarios! Los aprecio realmente ^^

Su Chan*




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