miércoles, 9 de abril de 2008

Traición


CAPITULO UNICO

Dedicado a:
Mi prima Coty, mi mejor amigo Fede, y a mi 'hermana' Andrea. Nada más que decir, ellos entienden.

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- ¿Entonces tienes mucho trabajo?- la voz cristalina de Misty se oyó por sobre el barullo que sus hermanas estaban provocando. Afirmó el auricular a su oído para oír la respuesta que ya conocía.
- Mucho papeleo- se excusó suspirando mientras lo escuchaba jugar con algo entre sus dedos. Una lapicera quizás - A veces me arrepiento de haber tomado este trabajo…-
Ella soltó una pequeña carcajada escéptica -Si, tal vez pienses algo así en otra vida, Ash-
- Hey- él interrumpió su soliloquio de risas.
- ¿Qué?-
- Te amo-
Misty detuvo su sonrisa a la par que una profunda arruga se marcaba en su entrecejo. Se mordió el labio por unos segundos -También yo, Ash-
- Dilo-
Titubeó -Te amo-

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Observó la pantalla vacía del televisor en tanto sus hermanas iban y venían a su alrededor, portando trajes vistosos y hablando entre ellas a los gritos. La arruga seguía marcada bajo los flecos de cabello rojo y su mirada fija en la pantalla apagada del televisor. A su lado, el teléfono inalámbrico yacía al descuido entre los almohadones blancos del sillón.
- Como que, ¿Myst?- Daisy se detuvo junto a ella, la mano en el aire no muy segura de tocarle el hombro.
La otra reaccionó, observó a su hermana con ojos grandes y perdidos -¿Necesitan ayuda?-
La rubia sacudió la cabeza en una clara negativa. Aseguró un vestido de tafetán rosa bajo su brazo y medio se inclinó -¿Qué ocurre Myst?-
- Nada, nada. ¿Por qué?-
- Te ves rara-
- Imaginaciones tuyas- sonrió y triunfante se puso de pie, volvió la vista a su lugar por algunos segundos y recogió el teléfono con mano firme -Nos vemos al rato, Days-
- ¿Cómo que, vas a salir?-
- Si- se encogió de hombros -Duplica y yo tenemos algo que arreglar-
- Muy bien. Le diré a Lily que te guardé algo de la cena-
- No, no te preocupes, Days. Adiós-
La rubia la observó alejarse, había algo extraño en su manera de caminar. Normalmente Misty no ponía suficiente empeño en su forma de moverse. Sin embargo ahora, un ligero toque sutil y femenino teñía la forma en la que sus pies se movían. Una altivez y un toque soberbio que todas las Waterflower conservaban como rasgo instintivo.
Daisy rasgó los ojos. Aquello no estaba gustándole.

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La joven pelirroja apreció tiempo después. Sin duda demasiado arreglada teniendo en cuenta que su novio de dos años se encontraba fuera del país en asuntos de trabajo. Una falda corta de jean, sandalias sin taco y una blusa estilo hippie de color celeste. Aseguró el bolso tejido a su hombro mientras se acomodaba las mechas húmedas y rebeldes de su cabello.
- Me voy muchachas- dijo a modo de saludo antes de desaparecer tras la puerta sin esperar respuesta. Caminó por el sendero que llevaba hacia la calle, luchando con la necesidad de hacer un llamado telefónico. El viento de verano, tibio y húmedo le dio en la cara animando a que tomara el celular de su bolso.
Se mordió el labio, para luego dejar que las arrugas cruzaran su frente una vez más. Localizó el número deseado y esperó, el llamado se repitió una quinta vez hasta que la conocida voz masculina atendió. Seria.
- ¿Qué ocurre cariño?. Estoy en el medio de una junta-
Ella sonrió avergonzada -Lo siento. Solo… solo…- un nudo quemante subió a su garganta aguando sus ojos. Se lo tragó -Solo quería decirte que te extraño y te amo mucho…-
Un suspiro - Yo también te amo Myst-
Cerró los ojos como si aquella frase le doliera -Sé que me amas Ash, solo es que a veces necesito que me lo recuerdes-
- Y lo haré siempre que sea necesario cariño- otra voz se oyó de fondo hablándole de un modo rápido y ansioso -Tengo que dejarte Myst, el presidente solicita mi presencia en el salón de juntas-
- Claro-
- Nos veremos de aquí a un par de semanas ¿de acuerdo?-
- Claro, rogaré que el tiempo pase volando. Adiós Ash-
- Adiós Myst-
No fue hasta que oyó el click del otro lado que quitó el celular de su oído y lo guardó en el bolso. Se tocó la frente intentando suavizar el entrecejo fruncido y miró a su alrededor. Sus pasos la habían llevado al parque de Cerulean City, tomó uno de los senderos adoquinados y entro a caminar hacia el centro, hacia una enorme fuente de agua. No había hecho más que detenerse allí, cuando unos conocidos pasos se oyeron por detrás.
- Llegas tarde-
Ella se giró con una sonrisa culpable en sus labios. Se acercó a saludarlo extendiéndole las manos.
- Lo siento Tracey-
Pronto, el saludo formal se convirtió en un abrazo compartido, que duró más que los pocos segundos normales que uno hubiera esperado.

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- Entonces ¿lo has visto?- Duplica mantuvo su compostura ante la joven pelirroja que acababa de sentarse frente a ella en aquel concurrido café en el centro de la ciudad.
Esta solo asintió solemnemente antes de beber de su taza.
Duplica meneó la cabeza en desacuerdo.
- ¿Qué?- Misty preguntó.
- ¿Y encima lo preguntas?. ¡No está nada bien lo que están haciendo!-
- ¿Y que quieres?. ¿Qué me quede de brazos cruzados ante lo que siento?-
- No, pero…-
- Fuiste la primera en estar de acuerdo conmigo- Misty le reprochó.
- Lo sé, pero no creí que la situación abarcara estas proporciones…- replicó con un suspiro. Observó a su amiga -¿Cómo te sientes?-
Ella no respondió inmediatamente. Volvió a tomar su taza y le dio un largo sorbo -Hoy hablé con Ash-
- ¿Lo hiciste?. ¿Le has dicho algo?-
Meneó la cabeza -No tuve el valor…-
- Myst, sé que es complicado para ti pero… ¿no podrías dejar las cosas como están ahora?-
- Espero que sea una broma- Misty la miró, la otra sola parpadeó inocentemente -¡Duplica, no hay forma de que esto quede así!. Conoces de cerca como esta situación me lastima…-
- Lo sé, amiga, lo sé- le apretó la mano con cariño -Pero conozco a ambos de tanto tiempo que… Olvida lo que dije, estoy contigo siempre y te apoyaré y te ayudaré en todo-
- Gracias Duplica- los ojos de la pelirroja se humedecieron -Tracey me dijo lo mismo-

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El teléfono sonó varias veces antes de que alguien se dignara a atender.
- Gimnasio de Cerulean City…- la voz de Lily salió agitada por la carrera que se había hecho desde los acuarios hasta la biblioteca.
- Hola Lily-
- Hey Ash- la joven de pelo oscuro frunció el entrecejo -¿Cómo que, en que puedo servirte?-
- ¿Misty se encuentra por ahí?. He tratado de llamar a su celular pero lo tiene apagado, hace días que no sé nada de ella-
El ceño de la joven se frunció un poco más -Misty no está aquí, salió en la mañana con Duplica y Tracey y no dejó dicho a que hora venía-
- ¿Con Tracey?-
- Ajá-
- Ah- la confusión fue evidente en la voz del muchacho -¿Puedes decirle que me llame en cuanto llegue?-
- Claro- la joven se inclinó con el aparato sandwichado entre su cuello y hombro -¿Pasó algo malo?-
- No, no. Solo que tendré que demorarme un poco más en el viaje-
- Está bien, en cuanto llegue le diré que se comunique contigo-
- Gracias Lily-

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Duplica se quitó el flequillo de los ojos y observó a su amiga que iba y venía por el living del Imite House, su cabello rojo amarrado a un costado con una cinta negra que hacia juego con el vestido oscuro que llevaba puesto. Se refregaba la frente conforme sus paseos por la habitación aumentaban.
- ¡Ya Misty por Dios!. Estas poniéndome histérica- replicó la joven de cabello verde alzando una mano en el aire para ilustrar lo irritada que se sentía -Solo llámalo y punto-
Misty se frenó de cara a ella, su rostro contraído demostraba la lucha interna que estaba sufriendo -No puedo Duplica. No tengo suficiente valor…-
- Vamos, si puedes- la nombrada le extendió el celular - Hazlo-
Misty tomó el teléfono con temor, lo sostuvo en sus manos sin saber que hacer.
- Necesitas privacidad, estaré en mi habitación arreglando los trajes para el próximo espectáculo…- se puso de pie dispuesta a salir de allí.
- No espera -Misty la frenó con un gesto, la miró con sus ojos húmedos -Quédate, no puedo hacer esto sola y… temo que me echaré a llorar apenas escuche su voz…-
Duplica le apretó el brazo con comprensión y volvió a sentarse en su sillón azul -Está bien me quedaré aquí, y no vas a llorar, porque juro que te golpearé si lo haces-
Misty sonrió débilmente y se sentó junto al sillón en el suelo. Tomó aire una y otra vez, y abriendo el aparato, busco en la agenda el número que tanto conocía, para luego presionar el botón verde que iniciaba la llamada.
El sonido se repitió una y otra vez en su oído.
- Misty…-
Abrió los ojos por completo al oír su voz. Sintió que su vista se tornaba borrosa y apretó los parpados, despegando los labios para finalmente responder.
- Hola Ash. Perdóname por no llamarte antes-
- Me tenías preocupado. Llevo casi una semana sin saber de ti-
- Lo sé, lo siento. He estado muy ocupada con el gimnasio, y he estado en la liga Pokémon ayudando a Lorelei-
- Has salido mucho con Tracey según lo que Lily me dijo-
- Si- Misty asintió olvidando que no podía verla, observó los pliegues de la falda que se alisaban marcando el contorno de sus piernas -Tracey me ayudó mucho en un par de cosas-
Ash rió de otro lado -Comenzaré a ponerme celoso si sigues pasando tu tiempo con él, y harás que me arrepienta de que sea tu 'asistente', la próxima vez le encargaré a Brock de que te cuide…-
Misty casi se echó a llorar al oír aquello, presionó los labios con tanta fuerza que se pusieron blancos.
- No tienes que preocuparte. Yo conozco muy bien mis sentimientos-
- Yo también cariño. Te amo-
Las lágrimas se convirtieron en un torrente sin control que descendía por sus mejillas-Oh Ash, también te amo…-
Él pareció satisfecho con la respuesta -Escucha Myst, tengo malas noticias. Tendré que quedarme una semana más aquí, sé que esto altera nuestros planes pero…-
- No te preocupes- lo interrumpió con su mejor tono neutral, rogando que su voz no saliera temblorosa -Entiendo la cantidad de trabajo que debes tener-
- Gracias Myst, eres un ángel. ¿Entonces nos veremos en una semana?-
- Claro Ash-
- Dilo…-
- Te amo-
- Yo también Myst. Cuídate-
Ni bien oyó el 'click' del otro lado, dejó el teléfono en el suelo y subiendo las rodillas bajo el vestido sepultó la cabeza en ellas dando rienda suelta a su amargura. Sus hombros se contrajeron y los sollozos resultaban audibles a pesar de ser ahogados por la tela de la falda. Duplica se acercó a ella con tristeza y se arrodilló a su lado cubriendo el lloroso cuerpo de la muchacha con sus brazos.
Ni bien advirtió la presencia solícita de su amiga, Misty se volvió a ella sepultando el rostro húmedo en su hombro.
- Y-yo- yo lo amo Duplica…- sollozaba sin vergüenza empapando la blusa de la joven -Yo… yo lo a-amo…-

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- Como que, explícame otra vez porque sinceramente no lo entiendo- Daisy estaba diciendo mientras su hermana menor bajaba las escaleras con una maleta pequeña.
- Dije que iré a visitar a Ash- Misty respondió al descuido sin prestarle demasiada atención a la rubia.
- Pero si él te dijo que vendrá en unos días ¿Por qué no solo lo esperas aquí?-
La joven pelirroja la observó, y la otra advirtió finalmente su rostro pálido, y las profundas ojeras bajo sus ojos, producto de escaso sueño y llanto.
- Quiero darle una sorpresa- no sonrió al decir aquello.
En ese momento la puerta principal se abrió y un joven de cabello largo entró, llevaba un bolso cruzado a media espalda.
- ¿Nos vamos ya Myst?-
Daisy miró a ambos alternadamente, arqueó una ceja -¿Qué tiene que ver él en todo esto?-
- Tracey es parte de la sorpresa, ahora deja de hacer tantas preguntas -le dio su equipaje al joven -Estaremos de vuelta en unos días, deséanos suerte-
Daisy solo asintió sin emitir palabra, observó a ambos que salieron de la casa, y se abrazó a si misma sintiéndose tremendamente desilusionada y triste.

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Observó su imagen en el espejo y se deseó valor para hacer lo que tenía que hacer.
Se veía bonita y simple. Como siempre. Se soltó el cabello y se puso unos zapatos sin taco. El espejo no mentía, el rubor galopante de sus mejillas se debía a la adrenalina que estaba fabricando su cuerpo. También se sentía segura y valiente, como si tuviera que escalar el monte Everest.
Salió del lujoso ascensor y caminó con firmeza por el pasillo alfombrado; como lo sospechaba, su presencia en el edificio levantó decenas de murmullos y gestos de asombro y perplejidad. Obviamente nadie esperaba que ella se hiciera presente allí.
- Señorita Waterflower…-la secretaria tardó sus buenos minutos en cerrar su boca, (que se hallaba abierta desmesuradamente nomás al verla) ponerse de pie y correr hasta ella para intentar frenar su marcha -Lo siento, no puede pasar…-
- ¿Olvidas quien soy?-
- Por supuesto que no, señorita Waterflower. Pero el señor…- se quedó sin habla al ver al hombre joven y atractivo que se detuvo a unos metros de ella.
Misty sonrió en reconocimiento, y cruzando a la pobre muchacha, se dirigió decidida a la inmensa puerta de madera la que abrió sin golpear.
La luz del sol fue lo primero que vio apenas entró a la oficina y cerró la puerta tras de si. El sol que la obligó a parpadear reiteradas veces antes de enfocar sus ojos verdes en las dos siluetas que se habían quedado inmóviles tras reconocerla.
Él estaba recostado en su sillón, la corbata semi desecha, su rostro pálido. Ella -y al fin sabía ahora quien era ella- estaba sentada en una esquina del escritorio frente a él.
- Hola cariño, ahora veo cual era la causa que te mantenía anclado a este lugar-manifestó inclinando la cabeza hacia un lado, mostrándose tranquila y serena. Sus ojos se desviaron hacia la mujer que la veía con una mueca de pánico en su rostro. Semejante a la de él -¿Qué tal Giselle?-
- Misty ¿Qué haces aquí?- Ash se puso de pie e hizo ademán de acercarse a ella, pero se detuvo a los pocos pasos.
- Vine a liberarte de una obligación, ya que veo que no eres lo suficientemente hombre para hacerlo tú mismo- se giró hacia Giselle que aún continuaba sentada en el borde del mueble -Es todo tuyo -señaló al joven con un gesto -Tuyo, todo tuyo. Aunque no puedo asegurarte que no te haga a ti lo mismo que me ha hecho a mí-
Un silencio sepulcral se extendió tras sus palabras.
- ¿Desde hace cuanto lo sabes…?-
- Desde hace mucho- bajó la mirada -Solo esperaba que vinieras a decírmelo, pero al parecer te sentías demasiado bien besándome y diciendo que me amabas, mientras por dentro pensabas que se lo decías a ella…-
- ¡No Misty, no es así!. ¡Nunca fue así!-
Giselle se sintió tremendamente ofendida por ese comentario. Se bajó del mueble y se colocó el abrigo, tomó la cartera del respaldo del sillón, pasando junto a ambos con la cabeza en alto.
- Cuando esto se solucione llámame- pronunció al aire, sin volverse, pero los dos sabían a quien estaban dirigidas específicamente esas palabras.
- No tendrá que esperar mucho tiempo- Misty murmuró.
Él la miró de arriba abajo. Se veía tan tranquila y calmada. Sinceramente debido a su carácter, hubiera esperado otra reacción.
- He tenido mi tiempo para asimilarlo- dijo ella como si adivinara sus pensamientos - Y he contado con el apoyo de amigos invalorables-
- ¿Tracey?-
- Entre otros. ¿Qué?. ¿Vas a decirme que te pones celoso?-
Ash desvió la cabeza hacia un lado con ceño fruncido.
- Tracey fue el primero en descubrirlo, y sabe Dios que me costó mucho creerle…-hizo una pausa -Pero empezamos a seguirte, a investigar tu horario… fue más fácil de lo que suponíamos. Siempre fuiste tan despistado…-rió brevemente -Los detalles saltaban a la vista. Solo quedaba que vinieras a decírmelo, lo que por supuesto nunca hiciste-
- Dime específicamente como lo descubriste-
- No. Eso se queda aquí- se tocó la sien, y sonrió al ver la cara de disconformidad que él le puso.
- Yo…- la miró para luego bajar la cabeza apenado -Sé que no vas a creerme pero, no sé cuando todo empezó…-
- Evidentemente cuando empezaste a aburrirte de mí-
- Es imposible aburrirse de ti…- Ash murmuró viéndola de soslayo, ella le devolvió el gesto -Y creo que tampoco es lógico que culpe a Giselle…-
- Desde luego que no- dijo Misty con ironía -Después de todo es completamente normal que venga otra mujer y seduzca a tu novio-
- Ella no…- se cortó y frunció los labios -¿Por qué no hablamos de esto en un par de días, a mi regreso, cuando estemos más calmados?. Podemos encontrar una solución razonable y…-
- No hay solución razonable, Ash. Y no hay regreso- Misty tomó aire antes de dar el ultimátum con la escasa fuerza que le quedaba -Esto está terminado. Estuvo terminado desde el instante en que decidiste meter a Giselle entre nosotros-
- ¿Qué harás entonces?-
- Volver a Kanto, seguir con mi vida ¿Qué?. ¿Creíste que eras tan imprescindible para mí que te rogaría de rodillas que la dejaras para que volvieras conmigo?- rió al ver la expresión de él -No, Ash-
- Pero…- no supo que decir. Allí estaba su primera novia, la mujer que podía dar vuelta su mundo sin proponérselo ¿que era esa emoción confusa que estaba sintiendo? -Debemos hablar, no puedes tomar esto a la ligera…-
- ¡No lo estoy tomando a la ligera!- sus ojos se aguaron, parpadeó para evitar el escozor -Eres una basura, una completa y maldita basura…- su voz se quebró y se mordió el labio para mantener algo de la dignidad que estaba resquebrajándose. Sacudió la cabeza y dio un pequeño giro sobre sus talones -Que tengas una buena vida Ash Ketchum- le dio la espalda y aprovechó para pasarse una mano sobre los ojos.
Él se había acercado unos pasos a ella, pero se detuvo indeciso. Miles de sentimientos contradictorios bullían en su interior; amor, impotencia, cariño. Culpa.
Culpa.
Misty terminó de recorrer los pocos metros que la separaban de la puerta y la abrió. La alta silueta de un joven se dibujó ante sus ojos, y sin pensarlo mucho le extendió las manos en un claro gesto de necesidad.
El pedido no se repitió dos veces, Tracey dio un paso y abrazó a la infortunada muchacha. Su mirada severa encontró la del hombre que solía ser su amigo, y meneó la cabeza en un gesto repulsivo.
'Se llama amistad' le dijo a la silenciosa pregunta que inundaron sus ojos marrones. Volvió la vista hacia la joven pelirroja, cuyos ojos se desviaban hacia otro lado, y la afirmación salió por si sola.
- Pero lo que tú hiciste se llama traición-

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