miércoles, 26 de marzo de 2008

Ajenjo

(Parte I)

Presionó el botón con su delgado dedo índice, en tanto se estremecía de frío bajo la ligera chaqueta que llevaba puesta, y que encima como bonus estaba empapada.
La lluvia la había atrapado en su frenética carrera al lugar donde todavía podía oír la angustiada voz de la señora Ketchum resonando en sus oídos.

'Se oía desesperado Misty…por favor ve a verlo… y luego ponme al tanto… si es algo urgente partiré enseguida…'

El recuerdo la remitía a la situación actual, al hecho de haberse mojado de pies a cabeza, demasiado ocupada en el reciente pedido de angustia de la dama como para ocuparse de tomar un paraguas.
El cabello se le pegaba en la frente y los ojos por lo que se lo corrió a un lado. Se dispuso a tocar el timbre una vez más, la voz del joven había sonado pastosa a través del portero cuando le hubo contestado tiempo atrás, y se había tardado bastante en hacerlo. Tal y como le sucedía ahora que ya estaba dentro del edificio.
La puerta se abrió luego de una pausa eterna, y antes de que ella pudiera siquiera pensar algo para decir se encontró apresada por un par de brazos masculinos, mientras unos labios apresaban firmemente los suyos.
Entró al departamento como en una nube, guiada por los pasos del joven, en tanto este procedía a quitarle la chaqueta y aquellas manos ansiosas recorrían su cuerpo por encima de la ropa. Pronto se encontró a si misma devolviendo sus besos de buena gana.
- Viniste… viniste…- susurró él contra su boca, los ojos cerrados, la respiración entrecortada. Sus dedos le tocaron las mejillas con torpeza como cerciorándose de que efectivamente ella estaba ahí, para luego dejar que las grandes manos vagaran por los costados de su cuerpo y le desabotonara la blusa, que al igual que la anterior prenda estaba mojada. Pronto los labios masculinos descendieron por su cuello de aquella singular manera que hacia que sus piernas se convirtieran en gelatina.
Y a pesar del tiempo transcurrido todavía le afectaban enormemente sus caricias.
Quizás fue eso lo que la obligó a reaccionar antes de la situación se escapara de sus manos. Tomó aire y aferró la cabeza de aquel hombre que lograba sensibilizarla tanto con unos pocos besos.
- ¿Ash…?. ¿Qué ocurre?. Tu madre me llamó desesperada diciendo que tú…-
Él la cortó antes de continuar. Sus labios se aplastaron contra los de ella otra vez, y fue ahí cuando descubrió algo que no había percibido previamente: alcohol. Su aliento dulzón y fuerte denunciaba rastros de bebida.
Se obligó a interrumpir el beso y lo observó fijo. Los rasgos de ebriedad eran notorios en su mirada soñadora y ausente, en su cabello enmarañado y en el rubor apenas distinguible de sus mejillas.
- ¿Qué pasa?- prosiguió.
Ash le besó las manos -Que importa lo que pase, lo único importante es que estas aquí conmigo… que viniste a verme…-
Misty le sonrió débilmente y lo frenó tocándole ambas mejillas -Mírame- él así lo hizo -¿Has bebido mucho?-
- Muchísimo…-
Ella frunció el ceño -¿Y porque lo haces?. Antes jamás te hubieras permitido llegar a este punto….-
Él sostuvo sus manos- Antes era diferente. No necesitaba nada, te tenía a ti…- apretó nerviosamente sus dedos -Ahora tú te has ido, y no tengo nada… Debía beber algo para evitar ir en tu busca…- la miró con una sonrisa de fascinación -Sin embargo tú has sido quien ha venido a verme…-
Misty volvió a sonreír, esta vez con tristeza -Pareces olvidar el hecho de que fuiste tú quien me dejó-
Él meneó la cabeza -Nunca fue esa mi intención. Yo te amo Misty ¿Cómo podría siquiera pensar en dejarte?. Sería un suicidio…- soltó sus manos y le tocó el cabello. La miró -Lo tienes mojado-
- Si… está lloviendo afuera, y… no estaba en casa cuando tu madre llamó-
Ash frunció el ceño -¿Estabas con él?-
Misty decidió guardar silencio en lugar responder -Vine a verte- replicó luego de unos minutos.
Él asintió con otra enorme sonrisa de fascinación. Volvió a tocarle el cabello y las mejillas para luego apoyar la cabeza en su pecho. Ella se sentía suave y cálida, cerró -Has venido a verme…-
La joven asintió, abochornada ante la acción, advirtiendo en su piel desnuda la aspereza de su barba insipiente.
- ¿Ash?- preguntó con suavidad oyendo el lento sonido de su respiración.
- No dejaré que te vayas…- ancló sus brazos alrededor de su pequeña forma y acomodó la cabeza usándola como almohada -No dejaré que te vayas…- su voz fue lenta y adormilada.
Cuando no hubo más palabras por varios segundos Misty entendió que se había dormido. Inclinó un poco el cuello y confirmó plenamente lo que pensaba. Los ojos cerrados y la respiración pausada hablaban de cuan placentero era el sueño del joven.
Acarició su cabello enmarañado y trató de liberarse a sí misma de su firme agarre, pero Ash soltó varios gruñidos de disconformidad y la acción solo sirvió para abrazarse con más fuerza a ella.
- ¿Qué voy a hacer contigo?- susurró Misty apoyando la mejilla en su pelo y luego rozándole la frente con los labios -Tal parece que no dejarás que me mueva, cierto…?-
La sonrisa traviesa que bailoteó en la boca de Ash penas se oyó la frase habló de cuan adrede era todo aquello. Pero Misty no se percató, sencillamente agradeció el hecho de que su prenda íntima superior fuera lo demasiado gruesa como para evitar un bochorno más incómodo del que ya sentía.

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1 comentario:

Arielcuerd dijo...

Hola, me gustaría conocerte un poco más; si lo deseas, podemos hablarnos por el menssengger; te paso mi mail:
arieloscar15@hotmail.com

Hasta luego.